La investigación para descubrir a los autores del atentado en el cuartel de la Guardia Civil de Calahorra tiene dos nombres. Arkaitz Goikoetxea y Jurden Martitegi, dos etarras liberados -a sueldo-, que integran el comando Vizcaya, autor de varios de los atentados tras la tregua de ETA.
Goikoetxea, integrante del complejo Vizcaya, fue, según fuentes de la lucha antiterrorista, quien alertó por teléfono de la colocación de un coche bomba junto al cuartel riojano el pasado viernes. El etarra, natural de Barakaldo, está huido desde 2003 y cuenta con una amplia trayectoria en la kale borroka entre 1995 y 2005.
Los análisis de la grabación de la llamada permitieron concluir que la voz, con fuerte acento nasal y algún problema de dicción, era la de Goikoetxea, el liberado perteneciente al comando Vizcaya que habría participado en la mayoría de los atentados cometidos desde la ruptura de la tregua.
Asimismo, las cámaras de seguridad que pudieron grabar al terrorista que aparcó el coche muestran a un individuo alto, de dos metros de altura, que aunque se cuidó de ocultar el rostro, los investigadores creen que se trata del otro liberado del comando, Jurden Martitegi. Este habría huido del lugar en otro vehículo, que antes le habría servido de lanzadera conducido por un terrorista sin fichar.
La relevancia del hallazgo radica en que permiten determinar que fue el comando Vizcaya el responsable de la acción terrorista en Calahorra y que ni Goikoetxea ni Martitegi han huido a Francia después de que se hicieran públicas sus fotografías.
En todo caso, estos dos no son los únicos terroristas que participaron en el atentado. La pareja dueña del Honda Civil utilizado por los etarras para colocar la bomba declaró que dos etarras les abordaron a primera hora de la mañana. Al menos uno se quedó custodiándoles y otro se llevó el coche, precedido del conductor de la lanzadera.
Investigación. Ahora falta por confirmar si Goikoetxea es el que asesinó al ex edil de Mondragón Isaías Carrasco. Aquel individuo llevaba barba postiza y se tienen dudas sobre su altura, ya que las pruebas de balística indican que es alguien que supera en poco 1,70 metros, a no ser que disparara con las piernas flexionadas, algo que haría un etarra entrenado.
Goikoetxea y Martitegi fueron identificados su día como autores de varios atentados tras la tregua, como la bomba en el juzgado de Getxo de noviembre o la furgoneta-bomba que estalló contra el cuartel de la Guardia Civil de Durango en agosto.
