En el juego del ajedrez son las damas las piezas más valiosas después de los reyes, y su choque directo es siempre vistoso; igual pasa cuando el hemiciclo torna en tablero blanquinegro, donde ayer jugaron Soraya Sáenz de Santamaría y la vicepresidenta Elena Salgado a ver quién enseña a quién.
Un miércoles más midieron sus fuerzas en el pleno de control del Congreso, sentada una al lado del líder del PP, Mariano Rajoy, y la otra junto al presidente, José Luis Rodríguez Zapatero, en el escaño que corresponde a la vicepresidenta primera, María Teresa Fernández de la Vega, a la que el PP ya no tiene nada que preguntar.
La portavoz del grupo popular trató de desprestigiar ante Salgado el proyecto "estrella" del Ejecutivo, la Ley de Economía Sostenible, que tachó de "producto tan caducado que tienen que relanzarlo al mercado con un Consejo de Ministros, y en Sevilla".
La respuesta de la vicepresidenta fue inmisericorde: "La hemos explicado varias veces, lo que no parece es que hayamos conseguido que usted la entienda", lamentó Salgado entre carcajadas de la bancada del PSOE. Y sin salirse de la jugada se ofreció a su señoría para "darle clases particulares".
Cuando replicó Sáenz de Santamaría, la portavoz invocó varios párrafos textuales del dictamen del Consejo de Estado sobre la ley en discordia, los más críticos con su contenido. Así que le devolvió la pelota y se ofreció a dar lecciones a Salgado para mejorar su "técnica legislativa". "Que de eso algo sabemos", remachó.
