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Écija despide entre lágrimas a las víctimas del incendio

Con una espontánea ovación fueron despedidos los restos mortales de los cinco ecijanos fallecidos de forma trágica el domingo en el incendio de su vivienda en el barrio de Las Moreras. (Foto: Javier Cuesta).
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el 15 sep 2009 / 03:42 h.

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Con una espontánea ovación fueron despedidos los restos mortales de los cinco ecijanos fallecidos de forma trágica el domingo en el incendio de su vivienda en el barrio de Las Moreras. El pabellón del Valle, escogido por su capacidad para acoger el funeral, quedó abarrotado porque la ciudad entera se solidarizó con la familia.

Antonio Romero, Dolores Priego, y sus hijos José María, María del Carmen y Jesús descansan ya en un panteón nuevo en el cementerio municipal, tras un emotivo y multitudinario adiós. Cuatro días después de la tragedia y tras un laborioso análisis para confirmar la identidad de cada uno de los cuerpos, ayer por fin recibieron sepultura los cinco miembros de la familia Romero Priego fallecidos en el trágico incendio del número 24 de la calle Haya, en Las Moreras.

Familiares, amigos y vecinos llenaron el pabellón cubierto del polideportivo municipal del Valle, las instalaciones que pidieron la familia de las víctimas para las honras fúnebres y que cedió el Consistorio. El Ayuntamiento de Écija cifró ayer la asistencia en más de 2.700 personas: el graderío del pabellón, con capacidad para 700 personas, estaba lleno, los pasillos sobre estos también y en la pista polideportiva se habían colocado varias hileras de sillas para los vecinos y las autoridades.

A todo ese público hubo que sumar el centenar de personas que prefirió quedarse fuera del pabellón cubierto y que, una vez terminó la misa, acompañaron a la familia de las víctimas hasta el cementerio.

El presidente de la Junta de Andalucía, Manuel Chaves, estuvo presente en las honras fúnebres junto a otras personalidades, como el delegado del Gobierno en Andalucía, Juan José López Garzón.

El cardenal de Sevilla, Carlos Amigo Vallejo, presidió la ceremonia religiosa, auxiliado por 11 sacerdotes de parroquias cercanas, entre ellos el arcipreste de la ciudad, Luis Rebolo. El escenario y el numeroso público asistente al funeral dieron una idea de la dimensión de la tragedia y de la conmoción que ha causado en la ciudad, principalmente, en la popular barriada de Las Moreras.

Las honras fúnebres comenzaron pasadas las 17.10 horas, con la entrada en el recinto deportivo de los cinco féretros -la sexta víctima, Ángel Arrebola, novio de la joven embarazada muerta en el incendio, era de Lora del Río y fue enterrada allí-. Familiares y vecinos de las víctimas introdujeron a hombros los ataúdes en el pabellón, un monumento al dolor. El momento más íntimo fue el camino al cementerio, ya que la familia pidió expresamente la ausencia de medios de comunicación.

Más allá de los episodios de dolor, no se produjo incidente alguno. Desde las 15.00 hasta las 20.00 horas de ayer, los accesos al polideportivo municipal del Valle y al polígono industrial El Limero estuvieron cortados al tráfico y las fuerzas de seguridad vigilaron las inmediaciones.

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