Cultura

Eduardo Mendoza: "Tenemos una idea falsa de la lectura"

El escritor y pregonero de la Feria del Libro de 2010 recurrió a la fina ironía con la que afila su pluma para reflexionar sobre la lectura y sus misterios.

el 06 may 2010 / 20:39 h.

La incertidumbre del tiempo, ahora frío ahora calor, no impidió ayer que en la carpa central de la Plaza Nueva no cupiera un alfiler a las ocho, hora en la que el escritor Eduardo Mendoza (Barcelona, 1943) tenía previsto arrancar una conferencia bajo el título Encuesta personal sobre la lectura: una falsificación.

A la hora esperada, el autor de La verdad sobre el caso Savolta apareció en escena acompañado de varias autoridades: la delegada municipal de Cultura, Maribel Montaño; el delegado provincial del ramo, Bernardo Bueno; la presidenta de la Feria, Juana Muñoz, y su director, Javier López.

Ante una gran expectación y tras las presentaciones previas de los organizadores, Mendoza tomó agradecido la palabra y explicó que no iba a dar la charla esperada porque "es un título muy raro que ni yo mismo sé lo que significa".

Por eso, afirmó que pensaba que "iba a aburrir mucho, así que he traído otra cosa". Y, de esta forma, el autor de El misterio de la cripta embrujada comenzó con un discurso en el que los parecidos razonables con el antihéroe innombrable de esa novela afloraron por varias razones: humor, ironía y ningún ánimo de grandeza. Un hombre llano, normal.

Sin embargo, y gracias a la fama que le precede, todos los expositores (abiertos de 11.00 a 14.30 -hasta las 13.00 los fines de semanas- y de 18.00 a 22.00) se quedaron prácticamente vacíos.

Nadie de los allí presentes quería perderse al autor de La ciudad de los prodigios. Y éste no les decepcionó, ofreciendo su versión más divertida pero sin renunciar al intimismo: "He tenido la oportunidad de tener contacto con muchos y muy variados lectores. De América Latina, Rusia, Turquía... Alumnos de instituto, universitarios, simples lectores... Cuando me muera, si es que me acuerdo de esto entonces, pensaré que es una alegría inmensa".

Retomando la conferencia que en un principio iba a dar, dijo que "tenemos una idea falsa de la lectura" porque los lectores renuncian a la credibilidad.

"La gente se cree más las novelas que los periódicos, a pesar de que en éstas se cuente a propósito algo que es falso", valoró, aunque se reconoció incapaz de señalar los motivos: "Es imposible de entender porque pertenece a una región del ser humano que no dominamos, y no creo que vayamos a dominarla nunca".

Mientras tanto, a la puerta de la carpa de la Feria del Libro cada vez se iban agolpando más personas, pues una gran parte del auditorio escuchaba de pie las palabras de Mendoza, quien pasó muy rápido de ser el autor de El misterio de la cripta embrujada al de Tres vidas de santos, su última publicación, cuando relató la historia de San Juan Limosnero que, "antes de ser ni santo ni limosnero, era sólo Juan", bromeó el escritor para contar que era un hombre tacaño que, tras un episodio místico ocurrido después de negarle un mendrugo de pan seco a un mendigo, se hace merecedor de los dos títulos que hoy acompañan a su nombre.

"Se ganó la santidad a base de mendrugos", bromeó antes de aplicarse la moraleja: "He sido tacaño con los libros, no les he devuelto el placer y enriquecimiento que me han dado". A pesar de ello, renuncia a defender el formato físico frente a las nuevas tecnologías.

"Hace años, con los ordenadores, algunos como yo cometimos el error de negarnos a aprender. Hoy a nadie se le ocurre escribir a máquina", dijo a modo de ejemplo.

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