-¿Por qué una Semana de la Industria Andaluza, SIMA, recientemente celebrada en Sevilla?
-Intentamos poner en valor la industria del metal. Es aeronáutica, automoción, concesionarios, astilleros, instalaciones de estructuras... Se conoce a Andalucía por el turismo y se desconoce que tenemos compañías industriales punteras en el mundo.
-Será porque aquí la industria se identifica sólo con aeronáutica y astilleros...
-Quizás sí, pero existen buenos ejemplos del metal que no son precisamente esos dos. Tenemos, en efecto, un polo aeronáutico, donde se ha notado el esfuerzo de las administraciones y la colaboración de todos. En cuanto a los astilleros, desde esta patronal seguimos pensando que son rentables. Es un error pensar que los astilleros sólo eran las doscientas personas que trabajaban allí, eran ésas más mil doscientas de la industria auxiliar, más las del transporte, más las de los bares, más las de las empresas de carretillas... En Europa hay astilleros, en España hay astilleros y las instalaciones de Sevilla son muy buenas y, aunque hubo una mala gestión, pensar en cerrar sería dramático.
-Y la industria auxiliar naval, ¿cómo está?
-Está aguantando lo indecible. Pese a las deudas, 25 millones de euros, nadie ha demandado con tal de que salga adelante. La nobleza de la industria auxiliar no está siendo reconocida por quienes gestionan ahora el astillero.
-¿Pero realmente es rentable?
-Si en Alemania se hacen barcos, ¿por qué nosotros no?
-Quizás no somos competitivos...
-Para eso hay que hacer una reforma laboral y que haya inversores. En el astillero, en estos momentos no se está valorando si va a ser o no rentable, sino tirar para adelante y acabar los barcos pendientes. Y hace falta dinero.
-Sin otra reforma laboral, ¿no hay manera de ser competitivo?
-No. Todo el mundo espera ese cambio.
-Pero hubo una reforma hace menos de un año.
-Sí, una reforma con la que no todo el mundo quedó contento. El empresario no está loco por echar a la gente a la calle, sino por hacer las cosas bien, que su empresa sea competitiva y tener un número de empleos acorde con la actividad de la empresa, porque si tiene más, ni es rentable ni es competitiva.
-¿Por qué sectores apostar?
-Pues por el aeronáutico, el ferroviario, la energía, la ingeniería... Debemos estar muy orgullosos de que muchas de las empresas de estos sectores son sevillanas, y algunas con liderazgo internacional, como en energías renovables.
-¿Cómo trata la administración a la industria del metal?
-En aeronáutica entró de lleno al estimarla estratégica, en naval trata de hacerlo bien, aunque echamos en falta que a los empresarios se nos tome más en consideración, tenemos mucho que decir. La administración debería fijarse más en quiénes hacen las cosas, quiénes las pueden hacer mejor y dejarse aconsejar. En la industria de la automoción de Cataluña, sobre todo en el sector de dos ruedas, la administración ha hecho un grandísimo esfuerzo.
-También los empleados hicieron un grandísimo esfuerzo...
-Sí. Todos tienen que apoyar, administración, empleados y empresarios. Éstos últimos deberán invertir más y los trabajadores deberán echar más horas. Los sindicatos deben saber que el inmovilismo no nos lleva a nada, la situación ha cambiado totalmente y, así pues, hay que construir y sentar las bases de unas nuevas relaciones donde todos ganemos: los empresarios, los trabajadores y la administración.
-¿Qué esperáis de la reforma de la negociación colectiva?
-Como patronal, nosotros negociamos cuatro convenios colectivos. Tienen que cambiar algunas cosas, no todo. El que no haya un convenio provincial, ¿qué significa? ¿Que una empresa con dos empleados tenga que negociar el convenio con esos dos empleados? Eso sería de locos. Con la situación económica que hay, el inmovilismo de los sindicatos, como en la reivindicación salarial o la flexibilidad interna de las plantillas, tendrá que pasar página.
"Ningún empresario se arruina por sus yates"
-¿Por qué no se ha forjado un grupo de empresarios de Sevilla para hacerse con el astillero?
-Desde la industria auxiliar se elaboró una propuesta que no se ha estudiado bien por parte de la administración y nadie pone el dinero. La industria auxiliar ya lo está poniendo desde el momento en que acepta una quita del 50% de la deuda a cambio de su gestión, y, ojo, no de su propiedad. ¿Dónde encontrar dinero si sigue en manos de las administraciones?
-Al principio de la crisis se habló de que la industria iba a tirar de la economía y a absorber parados de otros sectores. No ha sido así...
-La crisis es para todos los sectores, otra cosa es que la industria resista mejor el envite. Ésta ha retrocedido, aunque no se ha ido a pique como sí la construcción y el comercio. Hay empresas que han hecho sus deberes, que han diversificado, se han internacionalizado... En estos sectores, ningún empresario se arruina por comprarse yates, sino quizás porque ha comprado maquinaria y no ha logrado vender el aumento de producción que buscaba.
-¿Se acabó el sambenito de que el metal es sucio y conflictivo?
-Agua pasada. Desde Fedeme, estamos poniendo en valor el metal, y ahí está la SIMA. No es la imagen de un soldador con mono y de hierros tirados en una fábrica.
-Ya que menciona al soldador, ¿nos hemos equivocado en la formación, prestigiando en exceso la Universidad y desprestigiando la Formación Profesional?
-Siempre tiene que haber gente dispuesta a aprender todas las ramas de la formación profesional: electricistas, fontaneros... Esta crisis revela que no todo el mundo puede ser universitario y, además, también debe mejorar la formación universitaria para ser más práctica y con una cantidad mayor de profesores que trabajen en la calle y que, además de la teoría, enseñen la realidad de la calle.
