Los de 2010 son sin duda los Presupuestos que más han dado que hablar antes de su aprobación de la era Zapatero. La subida de impuestos anunciada por el Gobierno centrará la atención de los ciudadanos, que quieren ver cómo les afecta. Salgado será la encargada de concretar el alza impositiva.
El Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero aprueba hoy sus sextos presupuestos del Estado y los que más polémica han provocado antes de conocerse, por incluir una subida de impuestos con la que el Ejecutivo espera aplacar la caída de ingresos y el déficit generados por la crisis.
Zapatero y la vicepresidenta segunda, Elena Salgado, regresan hoy de la cumbre del G20 para asistir al Consejo de Ministros extraordinario que deberá aprobar las cuentas para llevarlas al Congreso el martes. La subida impositiva, que Salgado debe concretar hoy, eclipsa cualquier otro aspecto de estos Presupuestos, los más austeros de este Gobierno, con una reducción del gasto público del 4,5%.
Para conseguir esta reducción, el Gobierno se ha comprometido a que los recursos de los ministerios bajen un 6% y sólo dará prioridad a las partidas dirigidas a la inversión productiva y, sobre todo, al gasto social, que en los últimos años ha supuesto la mitad de las cuentas y que en esta ocasión volverá a acaparar buena parte del dinero disponible.
Esta crisis conlleva, por ejemplo, que haya que destinar hasta 32.000 millones para cubrir las prestaciones por desempleo, según los datos aportados ayer por el Ministerio de Trabajo a los sindicatos. Independientemente de estas obligaciones, hay que hacer un esfuerzo de austeridad para tratar de reconducir el déficit público, que este año llegará al 9,5% del PIB, según las previsiones del Gobierno, y que se quiere reducir en poco más de un punto, hasta el 8,4% del PIB, en 2010.
Será todavía un déficit bastante elevado, teniendo en cuenta el compromiso que hay con la Comisión Europea de que vuelva a estar por debajo del 3% en 2012.
Además, en las reuniones que ha mantenido en los últimos días con los grupos parlamentarios y con los agentes sociales, Salgado ha insistido en que la austeridad es clave también para tratar de contener el considerable aumento de la deuda pública que traen consigo los consecutivos déficit. Dicha deuda puede llegar al 60% del PIB el año que viene.
Frente a otros años en los que su predecesor, Pedro Solbes, iba adelantando políticas y partidas en sus comparecencias públicas o en sus reuniones con los partidos y los agentes sociales, Salgado ha preferido dar muy pocos detalles de los Presupuestos de 2010 y guardarlos bien hasta hoy o para explicarlos el martes, cuando lleve el proyecto de ley al Congreso.
Además, desde agosto, cuando el titular de Fomento, José Blanco, sugirió que en estos momentos de recesión habría que subir los impuestos a las rentas más altas, ha estado abierto el debate sobre la tributación y son muchos los que han criticado la falta de concreción del Gobierno y esperan una respuesta hoy.
Eso sí, algunas cuestiones se han dejado entrever, como las subidas del IVA y a las rentas más altas y la supresión de los 400 euros, así como un impuesto ecológico que grave los carburantes.
En cualquier caso, la vicepresidenta del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, insistió ayer en que los Presupuestos han sido elaborados con criterios de "solidaridad". De La Vega reiteró que el alza de impuestos "no gravará las rentas de trabajo ni los productos de primera necesidad".
Con la aprobación del proyecto de ley por el Consejo de Ministros, se inicia el trámite presupuestario con la búsqueda de apoyos parlamentarios. El PSOE necesita en el Congreso siete votos para que no devuelva al Gobierno las cuentas. Siete apoyos que, previsiblemente, buscará en los partidos de izquierda como ERC-IU-ICV o el BNG y que también reclamará al PNV, aunque todos ellos ya han puesto numerosas condiciones. Lo que no espera el Ejecutivo es el apoyo de CiU, que ya ha advertido de que, con los datos que tiene, presentará una enmienda a la totalidad de estas cuentas por incluir el alza impositiva.
