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El año nuevo no es una fiesta, es una maldición

El cambio de año no suele ser motivo de fiesta para el Betis, que en lo que va de siglo XXI sólo ha conseguido un triunfo después de las Navidades. En cambio ha estrenado cinco años con otras tantas derrotas, incluida la que sirvió para inaugurar el estadio Manuel Ruiz de Lopera.

el 15 sep 2009 / 20:37 h.

El cambio de año no suele ser motivo de fiesta para el Betis, que en lo que va de siglo XXI sólo ha conseguido un triunfo después de las Navidades. En cambio ha estrenado cinco años con otras tantas derrotas, incluida la que sirvió para inaugurar el estadio Manuel Ruiz de Lopera.

La resaca de la celebración de Nochevieja afecta sobremanera al Betis desde que el siglo XX dio paso al siglo XXI. Pasado mañana, en Almería, el conjunto verdiblanco disputará su primer partido del año e intentará mejorar un poco su pésima racha en este tipo de encuentros, porque en los nueve años que han transcurrido desde el cambio de centuria abundan las derrotas y casi ni hay victorias.

En toda la estadística apenas aparecen una en Segunda y otra en Primera: la última sucedió hace dos campañas, en la primera jornada de 2007 (6 de enero), y el Betis dio el mejor regalo de Reyes a su afición ganando al Celta por 1-0 con un gol de Sobis en el minuto 59, aunque los puntos no le sacaron de la antepenúltima plaza.

Ese triunfo, básico en la lucha por la permanencia, es una solitaria excepción en una marca preocupante y sin explicación alguna que la aclare, como es obvio. Al margen de ese 1-0, lo mejor que ha obtenido el Betis en los inicios de año de 2000 en adelante en Primera fueron dos empates: el último fue en la 2005-06 frente al Mallorca (1-1), con un tanto de Robert (m. 56) el día en que el delantero brasileño también jugó su primer encuentro como verdiblanco, y el anterior fue un 0-0 también como visitante, en Valladolid, en la 2003-04.

Los cinco choques que faltan para completar los años de marras terminaron con el mismo signo: derrota del Betis. Así ocurrió el año pasado también un día de Reyes, lo que hizo más doloroso para los aficionados el 3-0 encajado en el derbi del Pizjuán (dos dianas de Luis Fabiano y otra de Alves). Tampoco se libró el gran Betis de la campaña 2004-05, que siendo sexto estrenó el mejor año de su historia perdiendo en Zaragoza (1-0) por culpa de Savio (m. 43). Y también pasó lo mismo en 2003, abierto por el equipo heliopolitano con una clara derrota en Valladolid con doblete de Fernando Sales incluido (3-0).

Nefasto bautizo. Hasta aquí, todos los partidos se celebraron fuera de Heliópolis, pero aún restan dos encuentros que el Betis perdió en su campo: uno fue el día de Reyes de 2002 frente al Valencia (1-3, el ex sevillista Salva abrió la cuenta) y el último, o primero por orden cronológico, fue en 2000 y tuvo su aquel porque el verdugo fue el débil Numancia (1-2) y porque aquel partido fue el primero que se disputó en el estadio Manuel Ruiz de Lopera, inaugurado y rebautizado oficialmente el 1 de enero de aquel mismo año. Para más inri, el gol de la derrota fue anotado por Perico Ojeda en el último minuto.

Curiosamente, el conjunto de La Palmera sufre este trastorno desde que acabó el siglo XX, ya que el final de esa centuria se le dio muy bien. En sus dos últimos primeros partidos del año (valga la expresión), el Betis goleó al Villarreal por 4-1 (1999) y superó al Real Madrid por 3-2 (1998). La racha incluso se extendió al curso que estuvo en Segunda División, ya que en el primer choque de 2001 fue capaz de batir al Levante (1-0).

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