En medio del enfrentamiento entre el Ayuntamiento y la Delegación Provincial de Cultura por la futura ubicación de la escultura de Juan Pablo II -cuyos promotores quieren instalar en la Avenida de la Constitución, junto al magnolio que está al lado de la Catedral- el Arzobispado hizo ayer un llamamiento a todas las partes. El Arzobispo, Juan José Asenjo, pidió ayer que se alcance un consenso para lograr "una ubicación digna de la persona a la que se rinde homenaje".
Asenjo, que calificó la escultura como "espléndida" justificó la instalación de esta obra en la vía pública: "Hay razones más que suficientes para que Sevilla dedique un lugar digno de este Papa grande, amigo de Sevilla, como tantas veces él pudo demostrar. Va a honrar a nuestra ciudad y a enriquecer el ya grande patrimonio que posee".
El Arzobispo, quien hizo estas reflexiones al término de la procesión del Corpus Christi, ya ha manifestado en varias ocasiones su disposición a buscar un emplazamiento para la escultura en las inmediaciones de la Catedral. Precisamente esta proximidad es la que provoca las diferencias entre la Junta de Andalucía y el Ayuntamiento. Mientras que el alcalde subrayaba esta semana que la "última palabra" la tendría el gobierno local, el delegado provincial de Cultura, Bernardo Bueno, aclaraba que si se quiere situar a menos de 50 metros de un bien protegido, la propuesta debe ser aprobada por la Comisión Provincial de Cultura que él preside. Y su posición ya ha quedado clara en varias ocasiones: la estatua no debe estar en la Avenida de la Constitución, sino en otro sitio al que "pueda dignificar". Bueno llegó a señalar zonas como el distrito Sur.
Zoido ha anunciado ya su intención de mantener una ronda de contactos con todas las partes para consensuar un sitio.
