Pepe Mel, Miguel Guillén y Vlada Stosic, en el estadio.
El Betis no piensa anunciar ni tan siquiera rematar ningún fichaje hasta que se celebre la junta de acreedores en la que se firmará el convenio con todos aquellos a los que el club debe dinero. Esa asamblea será el miércoles de la próxima semana, 23 de mayo. La espera, sin embargo, no equivale a parálisis. Ya hay negociaciones "muy avanzadas", incluso podría decirse que fichajes si no apalabrados, casi, según recalcó ayer el presidente, Miguel Guillén. Y una vez se asegure la supervivencia del club, con el porcentaje del presupuesto que se dedicará anualmente al convenio ya concretado, también se conocerá el objetivo que el consejo de administración marcará a Pepe Mel. Al entrenador le "alegraría" que esa meta fuese entrar en Europa, pero siempre que el club le proporcionase los "medios" adecuados. El dirigente recogió el guante: "El Betis tiene que poner a disposición de Mel, dentro de sus limitaciones, todos los medios posibles para que el equipo crezca deportivamente".La predisposición de la clase alta es positiva, pero de ahí a hablar explícitamente de competiciones continentales va un trecho que no casa con la prudencia del consejo. "Los béticos necesitan un Betis regular, que inspire confianza y que en un momento dado, si puede aspirar a un objetivo más importante, tenga equipo para aspirar. El objetivo será realista con el presupuesto", añadió Guillén en Canal Sur. "No somos de objetivos faraónicos, sino de llegar poco a poco. Hay que dar los pasos de forma sólida", sentenció.
Uno de esos pasos es la configuración de la plantilla. Ya ayer hubo una reunión entre Guillén y los responsables de la parcela deportiva, Pepe Mel y Vlada Stosic. Sobre la mesa, los descartes y los refuerzos. El entrenador quiere una plantilla de 22 profesionales, así que las cuentas están más o menos claras: contando a Agra y Pozuelo (al que se tramitará ficha del primer equipo) y quitando a Isidoro e Iriney (fin de contrato) más Ustaritz (el único cedido que no seguirá), el Betis tendría 21 futbolistas más los chavales del filial, así que hay margen para nuevas adquisiciones, ya que también habrá varias bajas: no hay que descartar nada con hombres como Mario, Salva Sevilla, Jorge Molina, Juanma e incluso Matilla.
En cuanto a los cedidos que sí figuran en los planes del Betis, no hay novedad con Santa Cruz, cuyo deseo de permanecer en Sevilla es innegable. Ahora le toca al Manchester City, en plena celebración por su título en la Premiership, decidir por cuánto traspasaría al paraguayo. Ese es el único inconveniente, que no es poco, ya que las condiciones económicas de su contrato posterior ya están pactadas con el club verdiblanco, que por supuesto no le pagará el cerca de millón de euros que ha abonado esta temporada (el paraguayo tiene una ficha superior a los 4 millones en el City). El caso de Jefferson Montero es más complicado, o al menos lo era antes del descenso del Villarreal, el club que posee sus derechos. El ecuatoriano, que se confesó "hecho pedazos" por el drama deportivo del submarino amarillo, igual tiene ahora más opciones de quedarse en el Betis. "Vamos a intentar por todos los medios que se quede. No sé si el descenso beneficia o perjudica, pero lo intentaremos", reiteró Guillén. Y queda Paulao, por quien los verdiblancos negocian para que el Saint-Etienne rebaje aun más su opción de compra, cifrada en unos 400.000 euros.
Otro de los asuntos que deberá discernir pronto el Betis es qué ocurrirá con Iriney. Rechazó la primera oferta para renovar su contrato, con una ficha inferior a la que ha tenido hasta ahora, y el club no piensa mejorar esa propuesta con dinero. "Seguiremos luchando por Iriney. En lo económico difícilmente se va a poder mejorar, pero intentaremos compensarlo con otras ventajas", detalló el presidente. Por si acaso, la dirección deportiva baraja opciones como Pape Diop (Racing) o Carlos Fernández (Valenciennes).
