Tras proclamar sus bondades en Liga y exhibir su papel de máximo aspirante al ascenso, el Real Betis de Pepe Mel recibirá hoy en el Benito Villamarín al Getafe, a las órdenes de Míchel y que aterrizó en San Pablo después de enlazar un total de cuatro victorias consecutivas en Primera, el oráculo de los dioses al que aspira regresar el once heliopolitano.
Sin el camerunés Achille Emana, con la duda de Iriney -la lista de citados será ofrecida hoy- y Gordillo en el palco, el bloque de La Palmera tratará de prolongar su idilio con la Copa del Rey, competición que ayer estrenó los octavos y en la que los pupilos de Mel han eliminado a Salamanca y Granada, de Segunda, y Zaragoza, de la máxima categoría.
Alcanzado el tramo decisivo, el Betis tratará de lograr un triunfo con el que cerrar el 2010, un año en el que ha habido hasta tres presidentes, José León, Jaime Rodríguez Sacristán y Rafael Gordillo, y dos referentes en el consejo, Manuel Ruiz de Lopera y el navarro Luis Oliver.
El día en el que Andalucía anhela ser millonaria y huir de la crisis, el conjunto verdiblanco se conjurará con la suerte para limpiar el sendero hacia los cuartos de final, una especie de lotería para el nuevo consejo por la identidad, enjundia y brillantez del hipotético rival, el FC Barcelona de Guardiola, Messi, Iniesta, Xavi y la elegancia.
Antes, los hispalenses deberán eliminar de la lista de obstáculos a un Getafe que apenas variará el dibujo y los protagonistas que el domingo anterior martillearon el corazón y la conciencia de la UD Almería en los Juegos del Mediterráneo.
El técnico azulón, José Miguel González, Míchel en el panorama balompédico, no convocó a ningún canterano y decidió viajar a Sevilla con 19 hombres en la expedición. Sus bajas, Colunga, Cata Díaz, Borja Fernández y Mario Álvarez, propiciarán que el madrileño disponga un 4-2-3-1 en el que la principal duda es Boateng, con unas intensas molestias en la zona del cuello.
En las filas locales, Mel no rotará a sus pesos pesados y tratará de prolongar su estado de gracia. Juanma, Roversio, Miguel Lopes, Roqué, Jonathan Pereira, Momo y Odonkor serán los sacrificados de una lista a la que regresa Israel. El preparador madrileño optará por un 4-4-2, el segundo sistema que más emplea.
Goitia repetirá en la meta, mientras que Isidoro, Dorado y Nacho asumirán la titularidad en la zaga, lugar al que regresa Belenguer. En la medular, Iriney, si el brasileño es apto, y Beñat ejercerán de organizadores, mientras que Ezequiel y Salva Sevilla ocuparán las bandas.
Y en ataque, además de Jorge Molina, figurará el pichichi de Segunda y tercer máximo artillero del fútbol profesional, Rubén Castro, la principal esperanza con la que discutir la presunta superioridad azulona. Las dudas se descifrarán horas antes del choque, ya que Pepe Mel ha diseñado un último entreno a puerta cerrada hoy.
Temporal
Uno de los principales enemigos del Betis será el temporal de lluvia y viento que azota en las últimas horas la provincia de Sevilla. Según los datos ofrecidos por la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET), los pronósticos en la capital hispalense anuncian precipitaciones que alcanzarán la cifra de 60 litros desde las 2.00 de la pasada madrugada.
En el plano opuesto a la lluvia, la fiel afición. El nombramiento de Gordillo como presidente del consejo ha multiplicado la agrietada confianza de los diferentes sectores del beticismo y las previsiones más optimistas apuntan a una entrada cercana a los 35.000 espectadores, una hazaña en una noche de lluvia y viento y en los octavos de final de la Copa, el torneo más despreciado de los últimos años pero que podría regalar una noche de gloria, fe y unidad al Real Betis Balompié, el de Gordillo y Mel.
