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El Cajasol cae en San Pablo ante un rival muy superior (67-75)

el 17 feb 2013 / 12:53 h.

Demasiada desventaja para un equipo como el Cajasol las bajas de Williams y Satoransky ante un CAI Zaragoza que a ratos lo volvió a barrer de la cancha, como en la ida, a base de triples, rebotes en ataque y defensa, y robos de balón a un equipo que regresaba a sus peores momentos del inicio liguero. Sin embargo, esa diferencia que se vio en el partido no la reflejan el marcador y las estadísticas gracias a un tercer cuarto que esta vez fue para los de Aíto, pero que no suficiente como para doblegar a uno de los ocho primeros de la tabla, tan lejos de las aspiraciones locales.

Comenzó frío el Cajasol, con mala muñeca y algo mejores en defensa, no lo suficiente para evitar que el CAI Zaragoza se fuera escapando en el marcador
hasta una distancia máxima de siete puntos (9-16), para acabar el parcial con dos puntos más de los locales gracias a dos tiros libres de Burjanadze tras una penetración imposible de Asbury.

En el segundo cuarto la mano de los jugadores exteriores de Cajasol no mejoró (3 de 16 en tiros de tres) y cuando lo hacía era contestado en la jugada siguiente con un nuevo triple o una canasta fácil de los maños, incapaces los de Aíto de acercarse. Al descanso se llegó con un 29-43 y con malas sensaciones, con un equipo mermado y a ratos hundido, que apuntaba a una derrota segura y el objetivo de evitar que no se repitiera la distancia de más de 30 puntos sufrida en Zaragoza.

‘Sí se puede'. El Cajasol salió del vestuario cuando faltaban poco más de dos minutos para la reanudación. La arenga de Aíto debió ser larga para intentar dar la vuelta, si no al marcador, al menos a la actitud de sus jugadores. Pero la distancia se mantuvo en torno a los 15 puntos hasta los últimos cinco minutos. Un parcial de 15-2 cuando perdía de 14 acercaba en el marcador a los sevillanos a dos puntos, 49-51 y acabó el cuarto con dos puntos más de los maños tras una mala defensa y con un pabellón gritando "Sí se puede".

Último parcial para la esperanza que empezó como los anteriores: bien en defensa y mal en ataque. Hasta que acertó Van Rossom y puso siete arriba al CAI, 51-58. Los escasos 2.900 asistentes a San Pablo animaban a los de Aíto que no acababan de igualar el marcador. Blakney tuvo la oportunidad con un triple de poner al Cajasol a un punto, pero erró, y la barrera osciló durante casi todo el parcial entre cuatro y seis puntos. A falta de 2.54, un triple de Holland ponía a los de Aíto a tres, pero Llompart también de tres volvía a dejar al Cajasol a seis 63-69, y menos tiempo para remontar. Dos jugadas en ataque que acabaron por el suelo con balón perdido, un triple que se jugó Sastre sin cabeza y las continuas faltas con tiros libres de los maños dejaban el marcador casi finiquitado a falta de un minuto y ocho arriba del CAI, distancia que se mantendría hasta el final, 67-75.

La de ayer fue una oportunidad perdida, sobre todo en la primera parte, de ir arriba y la constatación de que, a día de hoy, el equipo sevillano está lejos de los puestos nobles de la Liga que hoy ocupa el CAI. La meta parece clara: tocará luchar por la permanencia hasta el final.

 

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