Ocho días restan para que el Cajasol afronte en San Pablo uno de esos partidos que tienen la capacidad, por su trascendencia, de construir un recuerdo perenne en la mente de los aficionados al baloncesto sevillano. Tendrá un registro inmortal en los libros de historia, y sin duda será un referente para los próximos años, hasta que el equipo logre subir de nuevo el listón con retos mayores, si se da el caso. El miércoles 23 de marzo (20.00) el Caja disputará por primera vez unos cuartos de final de una competición europea, frente a un rival, el Budivelnik ucraniano, que sin ser un rival sencillo permite pensar que el equipo sevillano tiene muchas opciones de jugar la Final Four de Treviso para pelear por el cetro del segundo torneo continental.
El club, en buena lid, inició ayer una campaña para conseguir que el pabellón San Pablo presente un lleno absoluto con un público entregado que pueda llevar en volandas al equipo hacia el magno objetivo. Sobre la mesa, un mensaje institucional que trasciende más allá del propio reto: esta eliminatoria, esta Final Four, puede cambiar la vida de este club, ampliando sus horizontes y expectativas, puede ser el impulso que defina su futuro en los próximos años."Estamos en un momento muy importante para el club por muchos motivos. Estamos a punto de cumplir un sueño que se ha convertido en objetivo gracias al esfuerzo de todos. Lo mejor de los sueños es poder vivirlos y queremos que nuestra afición los viva con su equipo. Necesitamos el calor de nuestra gente y el que sea un día laborable no es excusa. Queremos llenar San Pablo y que el equipo tenga el calor y el apoyo que nos permita viajar a Ucrania con una buena renta de cara al partido de vuelta", argumentó Juan Carlos Ollero, presidente del club, que a continuación cedió la palabra a su entrenador, Joan Plaza."En la vida hay momentos que te permiten la oportunidad de cambiar.
El club puede salir muy beneficiado de la experiencia de esta eliminatoria, y no digamos de una Final Four espectacular, por el prestigio y porque contiene el deseo de mejora del club". En su arenga, el entrenador barcelonés dijo que "no entendería que toda la ciudad, las instituciones, los políticos, los actores, los camareros no estén con nosotros el día 23. Tenemos que convertir el pabellón en una olla a presión para que los jugadores puedan dar su mejor nivel". "Debería ser algo que provocara que toda la gente en Sevilla quisiera recordarlo, que le gustara decir "yo estuve allí, yo participé".
Tarik Kirksay, capitán del equipo, expresó el sentir de la plantilla. "Hay oportunidades que no pasan muchas veces en la vida. Todos hemos soñado alguna vez con esto y ahora es tiempo de vivirlo. Necesitamos la ayuda de todos para conseguirlo y este grupo de jugadores lo merece por su trabajo. Lo jugaremos como si fuera el último".
Iniciativas. Leo Chaves, director general del Cajasol, informó sobre los planes para fomentar la asistencia al partido. Los abonados podrán acudir de forma gratuita y la principal promoción, con entradas a 3 euros, se desarrollará en la comunidad universitaria, en Colegios Mayores y residencias.
Los precios en taquillas serán los habituales en los partidos de la Liga ACB (entre 5 y 25 euros) y a petición de las peñas cajistas desde el club se hará un llamamiento para que todos los aficionados acudan vestidos de azul, el color del equipo. Asimismo, la entidad ha cursado invitaciones para las principales autoridades, dirigentes de los principales clubes, e ilustres personalidades de la sociedad civil sevillana.
El Cajasol se jugará el pase a la Final Four de la Eurocup en la ciudad ucraniana de Dnipropetrovsk, después de que el Budivelnik haya intentado hasta ayer mismo disputar el partido de vuelta de los cuartos de final en Kiev, la ciudad donde radica este equipo, y no en la que se ha exiliado temporalmente esta temporada por las obras de remodelación de su pabellón. De esta forma, el equipo de Joan Plaza jugará en el DS Meteor, pabellón que pertenece al BC Dnipro, al que precisamente hoy se enfrenta en partido de la liga ucraniana.
La pista tiene capacidad para 5.600 espectadores, aunque a los partidos del Budivelnik no suelen acudir más de 3.000, aficionados además ajenos al equipo, porque a pesar de que el club donde se formaron mitos del baloncesto europeo como Alexander Volkov, Alexander Belostenny o Vladimir Tkachenko facilita a sus seguidores transporte desde Kiev, lo cierto es que la gran distancia (500 kilómetros) no les reporta más de 50 personas, aunque es de esperar que para una ocasión tan especial acudan más.
Dnipropetrovsk es la tercera ciudad en importancia de Ucrania, con algo más de un millón de habitantes y conocida en España desde que el entrenador de fútbol Juande Ramos se hizo cargo del club de la ciudad, el Dnipro, que disputa la Primera división ucraniana. Joan Plaza esborzó ayer un análisis del equipo que entrena José María Berrocal, con el que coincidió en el Joventut. "Es más ofensivo que defensivo, con buenos lanzadores de tres, americanizado, algo anárquico y con un alero alto fundamental muy bueno al poste bajo. Iremos allí a ganar seguro, no a defender la renta pero si aquí somos 8.000 muy ruidosos en vez de 700 habrá una gran diferencia, el público nos llevará en volandas".
