El carcelero de Amstettem ya fue detenido por violación hace más de 40 años, según un acta policial de la época. Con esta revelación se desvela una incógnita más de la cruenta historia de Josef Fritzl, que está en prisión preventiva por haber encerrado y abusado de su hija durante 24 años.
Fritzl cometió varios delitos sexuales en la década de los 60, tal como recogen las actas de la policía y la justicia encontradas por el diario local austriaco OÖN. La prueba es un informe anual de la Policía de Linz del año 1967, en el que aparece Fritzl como agresor sexual, además de otros delitos sexuales por intento de violación y exhibicionismo.
La revelación se produce después de que las autoridades del estado de Baja Austria, donde se encuentra la ciudad de Amstetten, aseguraran no saber nada de posibles delitos penales pasados de Fritzl. El delito prescribió y fue borrado automáticamente de los archivos, tal y como está previsto por la ley, pero el acta estaba en el Archivo Regional de Alta Austria, donde se guardan normalmente los documentos del Tribunal Regional, que quedan abiertos para su acceso público por un plazo de 50 años.
Un portavoz de la Fiscalía de Baja Austria, donde permanece detenido el acusado, indicó que el acta judicial de 1967 será tenido en cuenta en la acusación que se prepara contra Fritzl. Según la legislación austríaca, el padre incestuoso puede ser condenado a un máximo de 15 años de cárcel por las violaciones de su hija y a cadena perpetua si se demuestra que mató a uno de los bebés nacidos que nacieron en el zulo.
Zulo de dos puertas. Mientras, la investigación se sigue centrando en el zulo donde permaneció durante 24 años Elizabeth F., la hija del carcelero de Amstetten. El jefe de la investigación, Franz Polzer, indicó que al zulo se accedía sólo a través de dos puertas de acero, con un mecanismo electrónico para su apertura y cierre a distancia con un código secreto que sólo Fritzl conocía.
Según el funcionario, el trabajo policial se complica ante la falta de espacio y oxígeno en el zulo, lo que obliga a los peritos a parar su trabajo a menudo para tomar aire. Para evitar que los agentes dejen huellas de ADN en el lugar, deben trabajar siempre con máscaras, explicó Polzer, que agregó que las pesquisas en el lugar durarán varias semanas.
Por otra parte, el jefe de la investigación aseguró que sus agentes han "completado la imagen de la familia", que revela que el acusado "no sólo es una persona autoritaria sino un verdadero tirano, que no permite preguntas". Para la familia "era un tabú saber por dónde se movía y su sótano era un tabú especial", explicó.
Elisabeth, de 42 años, estuvo encerrada en el sótano de su casa familiar casi 24 años, donde fue violada sistemáticamente por su padre, con el que tuvo siete hijos, nacidos bajo tierra en condiciones infrahumanas.
