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El Cautivo estuvo a punto de salir hasta el último minuto

No pudo ser, este año el Cautivo de Alcalá de Guadaíra no pudo salir. Cientos de hermanos lloraban ayer en el interior de la Iglesia de San Sebastián cuando conocieron la decisión del hermano mayor, Gonzalo Ballesteros, de no sacar las imágenes por el peligro de que les lloviera.

el 15 sep 2009 / 02:00 h.

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No pudo ser, este año el Cautivo de Alcalá de Guadaíra no pudo salir. Cientos de hermanos lloraban ayer en el interior de la Iglesia de San Sebastián cuando conocieron la decisión del hermano mayor, Gonzalo Ballesteros, de no sacar las imágenes por el peligro de que les lloviera.

Durante la mañana ya se vislumbraba que la hermandad no podría salir esta Semana Santa. A las ocho de la tarde la junta de gobierno de la cofradía confirmó este extremo ante las lágrimas de sus jóvenes hermanos. Decisión dura pero acertada: cayeron chuzos de punta.

La mayor enemiga de los cofrades hizo definitivamente su aparición para frustrar un Miércoles Santo en el que había depositadas muchas ilusiones. Las previsiones de la Agencia Estatal de Meteorología (Antiguo Instituto Nacional de Meteorología) no fallaron. Habían anunciado chubascos a lo largo de la tarde y de la noche. Y llovió para desesperación de las hermandad del Cautivo, que se vio obligada a tomar la amarga decisión de no salir entre las lágrimas de muchos nazarenos y costaleros.

A pesar de que los hermanos estaban listos para vivir momentos únicos, ya que éste era el último que el Cristo salía en procesión con su antiguo paso, tuvieron que guardarse las ganas de demostrar a Alcalá su fervor. En 2009 esperan quitarse la espina de encima, además con el estreno de un paso flamante, como explica José Orozco, el prioste. "Se encuentra muy avanzado como hemos podido comprobar en una visita a los talleres de Guzmán Bejarano", explica.

En los dos últimos días un buen número de hermanas se habían esmerado para preparar los lirios que acompañan al Señor y aun más intensa fue la labor de Matilde Fernández, camarera de la Virgen, que empleó toda una noche para vestirla. "Lo hago desde hace 25 años", dice con orgullo. Pero su trabajo no pudo lucir en la calle.

Este año además había una dedicatoria especial al párroco de San Sebastián, Manuel Sánchez, fallecido recientemente y en cuyo nombre el paso de la Virgen de la Esperanza lució un lazo negro en uno de sus varales.

Rafael Blanco lleva 45 años trabajando para la hermandad, ha conocido a tres hermanos mayores, varias directivas y asegura que desde 1970 no ha caído un aguacero como éste, que impidiera salir al paso" aunque a continuación recuerda que hace dos años también llovió el Miércoles Santo en Alcalá.

Fuera del templo las calles estaban llenas de gente expectante por si la hermandad se decidía a poner un pie en la calle pese al escenario climático, más propio de una película de Drácula que de la Semana Santa andaluza. Ayer al menos había más ganas de disfrutar de la procesión que litros por metro cuadrado.

Finalmente la decisión de Ballesteros se comunicó también a la calle. Después de unos minutos de impacto contenido, las puertas del templo se abrieron para que las personas del exterior pudieran ver los pasos que no pudieron ver salir y acompañaran y animaran a los hermanos en la iglesia. Les ha fallado el tiempo, pero no han fallado los devotos de la antigua ciudad panadera.

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