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El cieno y la dejadez se adueñan del Jardín Americano

Tres años después de su reinauguración, el estado del recinto verde es “lamentable”

el 16 ene 2013 / 21:01 h.

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El Jardín Americano, uno de los mayores legados medioambientales de la Expo 92, presenta un estado de abandono apenas tres años y medio después de su rimbombante reinauguración. La situación es tal que ha hecho saltar las alarmas de las principales asociaciones verdes de la ciudad, que exigen responsabilidad al Ayuntamiento, encargado de su mantenimiento desde septiembre después de que por duplicidad de funciones retirara las ayudas a la fundación Naturalia XXI, encargada hasta entonces de la conservación de las distintas especies y de la promoción del enclave a través de las visitas guiadas. Hoy día imperan el cieno y la dejadez.

La Plataforma Ciudadana por los Parques, los Jardines y el Pasaje de Sevilla abordó anoche este asunto en su primera reunión del año. Varios miembros expusieron durante el encuentro el estado "lamentable" de un jardín que costó rehabilitar más de 2,5 millones de euros. Según el relato ofrecido por integrantes de este colectivo, el recinto emplazado al este de la Isla de la Cartuja está en peligro, pues en los últimos meses se ha convertido en el "epicentro de botellonas y reuniones juveniles que derivan en actos vandálicos" que amenazan la continuidad de esta zona verde.

En sus continuas incursiones al Jardín Americano se han encontrado con desagradables estampas como "litronas tiradas por el suelo" y "fogatas". Todo ello en perjuicio, añaden, de las casi 600 especies de más de 21 países americanos que se exhiben allí. A estas actividades impropias para un jardín, se suma la falta de "un mantenimiento adecuado" de la vegetación y de una vigilancia continua del recinto que eviten estas actitudes peligrosas para la conservación medioambiental de este enclave próximo al río.

En este sentido, la Plataforma Ciudadana de Parques y Jardines va a trasladar esta situación que viene observando al Gobierno de Zoido para que tome cartas en el asunto y ponga freno a "este desmadre" en el que, a su juicio, se está transformando el Jardín Americano. Solicitará, pues, a la delegación municipal de Medio Ambiente, encargada del cuidado de las especies vegetales, mayor sensibilidad, y que actúe "de inmediato" para evitar "que se destruya algo que tanto trabajo costó recuperar". Insisten que es "primordial" que el Consistorio tome medidas, y que, si lo estima oportuno, "ponga al frente de la delegación [por la de Medio Ambiente] una persona responsable que mire por la conservación de las zonas verdes de la ciudad, y, en concreto, el Jardín Americano".

La plataforma ciudadana acordó crear una comisión de seguimiento y realizar en los próximos días un reportaje gráfico para denunciar públicamente el estado que presentan estas instalaciones que han llegado a recibir más de 200.000 visitas dentro de la ruta botánica que proponía Naturalia XXI para visitantes y escolares.

Precisamente, el abandono ha sido una tónica habitual en la historia de este parque. Tras la Expo 92, este paraíso natural cayó en el más absoluto abandono, hasta el punto de que perdió cerca de 400 de las 634 especies naturales que tenía. Aunque se dieron los primeros pasos en 2002, fue la presión social, encabezada precisamente por la Plataforma Ciudadana Parques y Jardines de Sevilla, la que relanzó el proyecto.

Entre sus quejas, que plasmaron en un primer reportaje gráfico fechado en septiembre de 2006, figuraban la falta de personal, la gran presencia de jaramagos, los destrozos en las instalaciones causadas por el vandalismo e incluso la presencia de restos de barbacoas en el suelo y de vidrios por los efectos perniciosos de la botellona. Precisamente estas mismas quejas que anoche sometieron a debate entre sus miembros y que quieren trasladar al alcalde, Juan Ignacio Zoido.

El Jardín Americano se encuentra en la zona este de la Isla de la Cartuja y comprende una amplia zona que se extiende desde el Auditorio hasta el Pabellón de la Navegación. Ocupa una superficie de dos hectáreas, y en él se encuentra ubicado el Pabellón de la Naturaleza, que era un pabellón temático dedicado a la conservación de la naturaleza durante la Expo 92. Paralela a la orilla del jardín discurre una pasarela fluvial que permite una visión distinta de esta zona desde el río Guadalquivir.

El recinto está dividido en varios jardines parciales: el umbráculo, el jardín acuático, el jardín de las palmeras, el jardín de las cactáceas y las pérgolas. Entre las diversas especies existentes en este recinto, destacan doce monumentos botánicos que son singulares por su rareza como la palma real, la pacana o el cedro real entre otros. La plataforma ciudadana de Parques y Jardines apuesta por conservar este espacio, único en España, pues cree que podría ser "un foco permanente de atracción turística y botánica para Sevilla".

Carteles borrados, ramas caídas, basura y mal olor de los estanques

Quien acude actualmente al Jardín Americano lo primero que se pregunta es dónde están los carteles que te hablan de las especies vegetales allí plantadas. En efecto, o no existen carteles, o están por los suelos o las letras están borradas y son ilegibles. Después salta a la vista el estado de abandono de las plantas, si bien es cierto que la abundancia de lluvias de final del otoño y principios del invierno pasados han llevado al recinto un exceso de humedad que no conviene precisamente a algunas especies más proclives al calor. La tercera parada nos salta a la vista con una falta de poda. Así, las ramas secas se aprecian en árboles y arbustos, con no pocas desparramadas por el suelo, por lo demás lleno de hojas de los arboles que son de hoja caduca. Después los estanques sorprenden por dos razones: la ausencia absoluta de limpieza, que ha hecho proliferar la verdina y el cieno, y el olor que desprende el agua estancada porque el sistema de drenaje no funciona de manera correcta. Y por último, la presencia de basura que dejan los usuarios del parque. Restos de botellonas y de actos vandálicos. Lo mejor, la pasarela de madera sobre el río, habitual paseo de peatones y ciclistas. 

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