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El cierre de Guantánamo se resiste

El 20 de enero Barack Obama tomó las riendas de EEUU con firmeza y comenzó a aplicar con rigor sus promesas electorales. En su tercer día como presidente firmó, entre otras ordenes ejecutivas, el cierre de la cárcel para presuntos terroristas de Guantánamo, pero éste se le resiste.

el 16 sep 2009 / 02:29 h.

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El 20 de enero Barack Obama tomó las riendas de EEUU con firmeza y comenzó a aplicar con rigor sus promesas electorales. En su tercer día como presidente firmó, entre otras ordenes ejecutivas, el cierre de la cárcel para presuntos terroristas de Guantánamo, pero éste se le resiste.

Obama era consciente de que la clausura de la cárcel de Guantánamo y el realojo de los 241 presos que aún acoge este centro de internamiento no iba a ser un camino de rosas, pero lo que no se esperaba cuando anunció su cierre para reconstruir "la estatura moral de Estados Unidos en el mundo", es que iba a ser una tarea tan complicada.

Esta misma semana, Obama se llevó un varapalo cuando el Congreso le denegó una partida de 80 millones que había solicitado para recolocar a los presos de la prisión, una circunstancia que le ha obligado a replantearse el restablecimiento de los tribunales anti-terroristas de Guantánamo con nuevas normas que darán más derechos a los acusados, según publicó ayer el diario The Washington Post.

En un artículo basado en fuentes gubernamentales anónimas, el rotativo señaló que las nuevas reglas impedirán la presentación de confesiones obtenidas tras maltratos, limitarán el uso de declaraciones oídas a terceras personas y darán más libertad a los detenidos para elegir a sus abogados, según recogió Efe. Los juicios serán reanudados en territorio estadounidense, en lugar de en Guantánamo, probablemente en alguna base militar, según publicó el periódico en su versión en internet.

El diario asegura que el plan de mantener los tribunales, aunque con algunas reglas nuevas, refleja el temor de que el Gobierno pierda algunos casos si juzga a los prisioneros en cortes ordinarias. El Gobierno de Obama pidió en enero una suspensión de los procesos en Guantánamo durante 120 días, la cual vence el 20 de mayo, y solicitará otra de 90 días adicionales, de acuerdo con el diario. Después de ese plazo se reanudarían los procedimientos paralizados, según el periódico.

Las organizaciones de derechos humanos estadounidenses ya han pedido que se eliminen totalmente los tribunales especiales de Guantánamo y que los detenidos sean juzgados en cortes civiles o militares normales.

Algo a lo que se oponen los republicanos que no dudan en criticar a Obama por su difícil promesa de dar cerrojazo al penal de Guantánamo, una medida que a juicio de los opositores al presidente, supone un peligro para la seguridad del país.

En el mensaje radial semanal del partido Republicano, el senador de Misuri Kit Bond acusó a Obama de "poner el valor simbólico por encima de la seguridad". "El presidente Obama no tienen ningún plan sobre qué hacer con estos asesinos", afirmó Bond.

Barack Obama en su convicción de que es necesario clausurar definitivamente Guantánamo abrió incluso la posibilidad de liberar a algunos presos en territorio estadounidense, mientras que se juzgaría al resto. Pero los republicanos, fieles a sus ideales, rechazan que cualquiera de ellos pise EEUU. "Los estadounidenses no quieren a esos terroristas en nuestros barrios", dijo Bond.

Además, Obama ha solicitado a sus aliados europeos que acojan algunos prisioneros que no son considerados peligrosos, pero que no se pueden enviar a sus países de origen porque allí podrían ser torturados. En este punto el presidente estadounidenses se ha topado con otro escollo: el Gobierno alemán no está satisfecho con la información facilitada por Estados Unidos para que en territorio alemán se acojan nueve uigures -etnia musulmana de origen turco que habita en China- presos de la base estadounidense de Guantánamo. Alemania exige que quede demostrado que ninguno de estos presos constituyen un peligro. Además de pedir que se aclaren los motivos por los que no pueden ser acogidos en EEUU.

Estos contratiempos le están poniendo a Obama muy difícil el cierre de la prisión, sin olvidar que los ciudadanía estadounidense no acepta tener a presos de Guantánamo cerca de sus casas.

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