El proyecto que hace un año presentaron los directores de la Sala Cero para recuperar el Gran Teatro Cervantes, restaurando la sala de cine de la calle Amor de Dios y compaginando su actual uso con el escénico, se aparca definitivamente. Doce meses después de que se anunciara esta iniciativa, sus impulsores tiran la toalla tras constatar que los propietarios del local no aceptan su propuesta, que consistía en asumir el coste de la rehabilitación del edificio unos tres millones y pagarles una renta mensual de 12.000 euros a cambio de programar allí sus espectáculos. El Cervantes es propiedad de una familia, unas 30 personas, que tienen que ponerse de acuerdo, y viendo que esto no es posible y que hay distintas opiniones sobre nuestra oferta hemos decidido abandonar, explicaba a ayer este periódico uno de los dueños de la Sala Cero Ángel López, justo después de una reunión con los responsables del cine, en la que se certificó que finalmente no había acuerdo.
López y su socio Elías Sevillano llevan un año esperando a que la propiedad del local se decidiera, tiempo que han aprovechado para avanzar en el diseño del futuro teatro. De hecho, realizaron un estudio topográfico y otro arquitectónico, que han costado más de 50.000 euros, una cantidad que ahora deberán abonar pese a que finalmente no servirán de nada.
Para evitar que esta deuda llegue a dañar a la propia actividad de la Sala Cero, están ahora negociando un plan de pagos flexible, que evite que el sueño de que Sevilla recuperara su gran teatro del centro acabe lastrando a su negocio actual. Pese a todo, no se arrepienten, reconocen que sabían el riesgo que asumían y esperan que algún día se pueda llevar a cabo.
En cuanto a por qué se presentó el proyecto antes de que estuviera completamente cerrado, López aduce que el anuncio pretendía ser un aldabonazo que acelerara los plazos y atrajera inversores.Cabe recordar que lograron que varias productoras de Madrid mostraran su interés por explotar el futuro espacio con espectáculos y musicales de gran formato.
Éste es el tercer intento frustrado de recuperar el Cervantes como teatro, después de seis décadas de sus 140 años de historia dedicado al cine. El exdelegado municipal de Cultura JuanCarlos Marset (PSOE) y el dramaturgo RobertoQuintana ya lo intentaron sin éxito. Me apena mucho, porque temo que si algún día cierra la sala, el edificio se perderá, advierte López, que además lamenta que del Ayuntamiento sólo han recibido buenas palabras. Hemos estado en permanente contacto con elMinisterio de Cultura, que pese a apoyarnos nos decía que si la administración local no se implicaba, no podrían poner dinero, añade.
Cabe recordar que además una reciente modificación del PGOU permite dedicar el suelo que ocupa elCervantes a otros usos, lo que podría suponer la pérdida de este enclave cultural en pleno corazón de la ciudad. El proyecto de la Sala Cero garantizaba su uso cultural y recuperaba además la primera y segunda plantas del cine, ahora clausuradas, elevando su aforo a 700 butacas. La idea era tenerlo listo en 2015.Ahora vuelve la incertidumbre.
