Los portavoces de los grupos parlamentarios en el Congreso de los Diputados se mostraron ayer "escépticos" con el borrador de propuestas del Pacto Educativo y pidieron al ministro de Educación, Ángel Gabilondo, medidas "realistas" que sean "más concretas y menos ambiciosas".
En este sentido, el portavoz de Educación del grupo popular en el Congreso, Juan Antonio Gómez Trinidad, valoró la necesidad de alcanzar un pacto que contribuya a solucionar una crisis educativa "de gran calado". No obstante, lamentó la falta de medidas "concretas y serias" pues, según denunció, después de un modelo de enseñanza de 20 años de vigencia, "ya toca comprarse coche nuevo y no sólo tunear el antiguo". "Me decepciona que el texto no diga nada del bachillerato, de aumentar la calidad del profesorado o de la rendición de cuentas", destacó.
En su opinión, la mayor parte de las reformas que contempla el documento "son obligaciones que deberían estar en la agenda de cualquier ministro, cuando no, meras transposiciones literales de la LOE" que, a su juicio, "no deberían necesitar dos tercios de apoyo para ser aprobadas".
Por su parte, la portavoz de CiU en el Congreso, Mercè Pigem, advirtió de que su grupo no apoyará un pacto que "bajo el rótulo de estabilidad normativa, busque una recuperación estatal de las competencias transferidas, ni trate de resolver temas ya resueltos, como la transferencia de becas". En su opinión, es inadmisible que el 15% de los alumnos becados que hay en España se concentren en Cataluña y que la comunidad sólo reciba el 10 por ciento de estas ayudas".
Mientras, el diputado de EAJ-PNV, Aitor Esteban, mostró sus "dudas" sobre el marco de continuidad que se le quiere dar al acuerdo. "Mucho me temo que, por muchas voluntades que se expliciten aquí, si alguno de los grupos mayoritarios obtiene mayoría absoluta imponga su voluntad", lamentó. Además, acusó al Ejecutivo de fijarse objetivos "muy ambiciosos" a corto plazo y advirtió que "el que mucho abarca, poco aprieta".
De la misma manera, Gaspar Llamazares (IU) pidió "acotar" los puntos sobre el Pacto, de modo que sea más "modesto" y se centre "en lo fundamental" para que haya más posibilidades de acuerdo. "No deberíamos abrir todo el melón educativo no vaya ser que en vez de encontrar acuerdos encontremos desacuerdos", avisó el diputado de IU, quien se mostró "escéptico" sobre las posibilidades de alcanzar este pacto.
Por su parte, el portavoz de ERC, Joan Tardà, valoró la búsqueda del pacto y confía en que sirva para "superar los déficits del pasado", como la transferencia a las autonomías de las competencias en materia de becas, y para "desconflictivizar las lenguas" y blindar "los sistemas educativos en los que se han optado por la inmersión lingüística". En este sentido, acusó al PP de "alimentar la confrontación lingüística" y "enfrentar a la ciudadanía y a los territorios".
Finalmente, la portavoz del BNG, Olaia Fernández Dávila, advirtió de que muchos de los debates que abre el borrador del ministerio "no son reales", sino que están cargados de una "clara intencionalidad política". A su juicio, ciertos aspectos que contempla el texto, "no sólo no beneficiarán a la educación, sino que la perjudicarán". "Esto hace que no seamos muy optimistas con la posibilidad de alcanzar un pacto, a pesar de nuestra voluntad de cooperar", reconoció.
