La junta superior del Consejo de Cofradías tratará de buscar de aquí a Semana Santa una «solución alternativa y aplicable en un solo año» a los problemas de horarios e itinerarios que arrastra la Madrugá después de que la dimisión irrevocable del delegado de esta jornada, Francisco Vázquez Perea, haya dado al traste con el plan de sacrificios rotatorios a tres años fraguado durante meses por los diputados mayores de gobierno de las seis cofradías.En declaraciones a este periódico el presidente del Consejo, Carlos Bourrellier, mostraba ayer su «sorpresa» por la dimisión de Vázquez Perea, una decisión que le trasladó vía SMS la noche del pasado lunes solo una o dos horas después de que el delegado dimisionario mantuviera una reunión con los cargos generales del Consejo de la que salió «reforzado, eufórico y con el respaldo absoluto» de la plana mayor de la institución.La dimisión de Francisco Vázquez Perea, que se produce después del rechazo del cabildo de oficiales de Los Gitanos al plan piloto que contemplaba una rotación de los itinerarios durante los próximos tres años, abre una pequeña crisis en el Consejo de Cofradías a falta de 14 días para arrancar la Cuaresma. El propio afectado señalaba ayer a El Correo de Andalucía que había decidido abandonar su función porque no le gustaría estar presente en «un momento de imposición» por parte de una autoridad superior, que es a lo que parece que está abocada la jornada tras el fracaso en las negociaciones.«Entré de la mano de las hermandades, no de la candidatura, y no me parece que deba estar presente en un momento de imposición». Y añadía: «Me hubiera gustado hacer un último esfuerzo por las hermandades, a las que guardo a todas el mismo afecto, pero lo efectivo es que venga otro por detrás para que desde el mismo lunes de Pascua vuelvan a sentarse para lograr entre todas ese poquito que ha faltado ahora con otros enfoques y con otras perspectivas».Una solución a un año. A pesar del escaso tiempo que queda para Semana Santa y del fracaso de las negociaciones, el presidente del Consejo no arroja la toalla para alcanzar una solución de consenso. Lo primero será resolver si se cubre la baja del delegado de la Madrugá con un fichaje externo –ya ha recibido varios ofrecimientos– o si será uno de los cargos generales (a lo mejor el propio presidente) el que de forma provisional ejerza las funciones de coordinación dentro del día, una papeleta que podría recaer sobre el actual secretario de la institución, Carlos López Bravo, quien precedió a Vázquez Perea en el puesto durante una Semana Santa. Para el próximo martes hay fijada la convocatoria de una junta superior en la que se abordará este asunto.Con todo, Carlos Bourrelier mantiene que «la junta superior, con la ayuda de las hermandades, buscará la mejor solución para el día sin tener que llegar a ningún tipo de imposición e intentando no dañar a nadie», para lo que ya hay «mucho trabajo avanzado», entiende. «Lo que está claro es que todas tendrían que sacrificarse de forma proporcional. No hay diferencias tan grandes ni problemas irresolubles como para no alcanzar un acuerdo», señala.Considera Bourrellier que lo idóneo es buscar una solución «para un año» y no un planteamiento a tres años, sobre todo porque a esta junta superior solamente le quedan dos Semanas Santas por delante.Los Gitanos pidió una nueva reunión de heranos mayores. La hermandad de Los Gitanos, en plena celebración de su cabildo de oficiales reunido la noche del 29 de enero, solicitó al delegado de la Madrugá la convocatoria de una nueva reunión de hermanos mayores para exponer en ese foro su decisión sobre el acuerdo rotatorio de sacrificios a tres años que se estaba sometiendo a debate en ese momento. Al día siguiente, después de sondear a las restantes hermandades, el delegado contestó que no veía procedente una nueva reunión. Fue entonces cuando la hermandad de Los Gitanos hizo pública su decisión a través de su web.El acuerdo contemplaba un aumento de la Madrugá en 50 minutos. Ni a la Macarena se la mandaba por la Alfalfa ni a Los Gitanos por la Alameda. El acuerdo diseñado durante meses, en sesudas reuniones técnicas, por los diputados mayores de gobierno de las seis cofradías para solucionar los problemas de la Madrugá trataba de no rebasar ciertas líneas rojas consideradas tabús entre el cuerpo social de determinadas corporaciones. La Macarena, regresando por Puente y Pellón, podía mantener su histórico saludo a la iglesia de la Anunciación, mientras que a Los Gitanos se le evitaba llegar a la Campana por la Alameda, un recorrido que esta cofradía solo ha practicado durante tres años en toda su historia.Aún así, la alternativa contemplada en el acuerdo para que Los Gitanos accediera a la Carrera Oficial por Feria, Saavedra, San Martín, San Andrés y Trajano tampoco es del gusto de esta corporación, toda vez que aleja a la hermandad de su recorrido natural y sobre todo le impide visitar el convento de Santa Ángela de la Cruz a la ida. Según ha podido conocer este periódico, el acuerdo contemplaba además un incremento horario de la Madrugá en 50 minutos, 20 por delante y 30 por detrás, todo ello para resolver el grave déficit de tiempo del que disponen casi todas las cofradías de la jornada debido al enorme crecimiento de sus cuerpos de nazarenos. La Cruz de Guía del Silencio llegaría a Campana a las 1.05 horas, en lugar de a las 1.25, mientras que el palio de Los Gitanos entraría a las 7.30 horas en vez de a las 7.00. Los 50 minutos se repartían así: 10 para el Silencio, 10 para el Gran Poder, 12 para la Macarena, 13 para la Esperanza de Triana y únicamente 5 para Los Gitanos.