El Ayuntamiento ultima la aplicación de la Ley de Memoria Histórica, que deja a las administraciones locales la responsabilidad de retirar los nombres de calles vinculadas al franquismo. Ya hay un primer borrador con unas 64 vías, que deben ahora ser debatidas en el seno de una comisión municipal formada por PSOE e IU.
Un día después de la celebración del aniversario de la II República, el grupo municipal de IU presentó ayer una moción que se debatirá en el próximo Pleno en la que se muestra el apoyo de la federación a este sistema de Gobierno y se promueve la aplicación de una serie de medidas destinadas a fomentar la recuperación de la memoria histórica. La de más envergadura, ya planteada en la Ley 52/07, es la retirada de todo tipo de símbolos franquistas. Entre ellos, placas, esculturas y denominaciones de calles.
Ésta fue una de las partes más polémicas del debate legislativo, y en Sevilla ha dado pie a otra negociación, esta vez interna entre los dos socios de Gobierno. IU quiere definir la estrategia de trabajo antes del mes de julio. El próximo lunes ya se celebra la primera reunión de la comisión formada por la Delegación de Relaciones Institucionales (IU) -dirigida por Antonio Rodrigo Torrijos- y la de Estadística (PSOE).
Sobre la mesa hay un borrador con 64 calles con denominaciones vinculadas al franquismo. Entre ellas, la avenida Presidente Carrero Blanco. Ésta, ubicada en Los Remedios, es el paradigma del debate que se abre ahora con este proceso. IU quiere suprimirla del callejero, mientras que sectores sociales -e incluso el socio de Gobierno, PSOE- muestran sus reticencias.
La recopilación de estas vías se ha prolongado durante varios meses. En este tiempo han surgido numerosas propuestas de historiadores sobre el nomenclator. Se ha abierto el debate sobre vías como Ramón de Carranza, Pío XII o Carlos Haya. Incluso se han hecho alusiones a barrios como San Gonzalo o Santa Genoveva, cuyas denominaciones, según varios historiadores, se plantearon en homenaje a Gonzalo Queipo de Llano y su esposa.
Una vez definidos los nombres que deben desaparecer del callejero, el Ayuntamiento tiene que buscar sustitutos. En cuatro casos, el equipo de Gobierno tiene clara la resolución: recobrarán las denominaciones que tenían antes del franquismo. Hay varios ejemplos. Como la calle Capitán Vigueras, que antes se llamaba Capitán Sancho. O la vía General Bohórquez, que dejó en 1960 de ser conocida como la calle Huerto.
Pero en la mayoría de los casos deberán tener un nuevo nombre. "Tenemos una idea básica: aprovechar para corregir el déficit de nombres de mujeres que hay en el callejero", apuntó el portavoz de IU, Antonio Rodrigo Torrijos, quien hizo referencia así a un compromiso adquirido por el Ayuntamiento hace varios mandatos: aumentar el número de calles con una denominación femenina.
Aunque IU confía en concluir el proceso antes del mes de julio, después los trámites serán largos. Debe debatirse cada caso en las juntas de distrito y hay que dar un margen de adaptación de seis meses a los vecinos y comerciantes de la zona. Todo esto si no se producen incidentes. Y hay precedentes: el intento de cambiar la Plaza de la Alianza por Indalecio Prieto provocó una movilización vecinal que obligó al Consistorio a dar marcha atrás.
Esto será sólo un primer paso, que se verá acompañado de la retirada de numerosas placas y algunas esculturas de las calles de la ciudad. "Después tomaremos medidas en los distintos colegios que tienen referencias franquistas. Y en tercer lugar, comunicaremos a algunas instituciones que modifiquen su postura", indicó Rodrigo Torrijos.
Con estas palabras hizo referencia a la Basílica de la Macarena, que alberga los restos y el fajín de Queipo de Llano. El Ayuntamiento no puede obligar a retirar estos símbolos, aunque sí está autorizado a retirar las subvenciones al templo por incumplir la legislación. IU ya ha mostrado en repetidas ocasiones su rechazo a la situación actual.
