Una ciudad de grandes dimensiones. A efectos prácticos, Sevilla es una gran ciudad de casi un millón y medio de habitantes, ya que contar sólo los habitantes del municipio como tal (unos 700.000 habitantes) es un error en los tiempos que corren y no nos permite afrontar de forma decidida las necesidades de todo el conjunto de la población, al limitarnos a observarla de forma local desde cada municipio. La realidad demográfica demuestra que esa gran ciudad existe y, de hecho, lleva años existiendo, pero por unos motivos u otros no hemos sabido adoptarla como nuestra hasta hace poco. Ahora, un ciudadano que vive en cualquier lugar del área metropolitana se siente tan sevillano y tan formando parte de la ciudad como uno de Triana, ya que esta visión de conjunto está permitiendo acabar con los localismos. Se trata del empuje del área metropolitana.
La nueva Gran Sevilla. No debemos olvidar, además, que este conjunto de municipios, lo que ya se viene denominando Gran Sevilla, representa un papel importante no sólo dentro de nuestra comunidad autónoma, sino que por su población es una de las áreas urbanas más pobladas del país, por lo que las inversiones por parte de las administraciones deben ir en consonancia con esta realidad. Así pues, Sevilla, la Gran Sevilla, se ha configurado actualmente como gran foco cultural, económico y administrativo del sur de España. Un foco que se debe tratar de forma especial a la hora de afrontar su expansión, ya que de lo contrario nos volveremos a encontrar en unos años con los mismos problemas que se dan en la actualidad: atascos en horas punta, ausencia de zonas verdes y de ocio o masificación de viviendas (en su mayoría, unifamiliares).
Planeamiento y crecimiento. Afortunadamente, el planeamiento y el crecimiento de los municipios, gracias a los Planes de Ordenación Urbana (PGOU) y los del territorio (POTAUs) están consiguiendo que el área metropolitana crezca de forma ordenada, algo muy distinto a los que ocurría décadas atrás, cuando se diseñaban barrios extensos sin apenas contar con servicios básicos para la población.
Transporte de calidad. Otro punto en el que hay que incidir, y quizás el que peor se presenta con vistas al futuro, es el de los transportes públicos. El plan de Cercanías promovido por Fomento no llega a cubrir las necesidades de la zona mas poblada del área metropolitana, el Aljarafe, ya que esta actuación discurre por los municipios menos poblados, dejando a un lado la zona más densa. Este plan, además, sólo contempla la utilización para el Cercanías de la actual línea de ferrocarril Sevilla-Huelva, sin plantear la construcción de nuevos corredores en las zonas Norte o Este de la Gran Sevilla. La Junta de Andalucía, por su parte, pretende cubrir el hueco dejado por el Ministerio de Fomento en este plan con una serie de tranvías que unan las diferentes líneas de Metro de la capital con los pueblos de la corona metropolitana. El ejemplo del tranvía Metrocentro del Ayuntamiento de Sevilla nos hace pensar que quizás el área metropolitana merezca un proyecto de transporte público más ambicioso.
Un crecimiento metropolitano óptimo. Conjugando de forma correcta estos dos factores, urbanismo sostenible y ordenado y transporte público eficaz y eficiente, conseguiremos que el crecimiento del área metropolitana de Sevilla no presente los problemas actuales dentro de unos cuantos de años y, de esta forma, su crecimiento no se vea perjudicado por la falta de infraestructuras. De esta forma se creará una gran área urbana en la que cualquier ciudadano pueda tener una calidad de vida digna y disponer de todos los servicios necesarios a pocos metros de su hogar.
