El culebrón sobre la continuidad de Paco Chaparro ya va siendo hora de que toque a su fin, pues todo el tiempo que se pierda ahora para planificar la plantilla y el equipo de trabajo con el que afrontar los nuevos retos del próximo curso luego pasa factura. Ya se pudo comprobar hace dos veranos cuando a Irureta le rehicieron medio equipo con la Liga comenzada tras las ventas de Oliveira y Joaquín. Si el Betis no se fue a Segunda -lo de Luis Fernández y su equipo de colaboradores resultó un fiasco- fue gracias a la intervención a última hora de Paco Chaparro, el mismo que salvó al equipo este curso recién finalizado de otro descenso que parecía cantado de la mano de Héctor Cúper.
El técnico trianero, pues, ha demostrado sobradamente su capacidad para dirigir al Betis y es lógico que ahora que tiene la oportunidad de encabezar un nuevo proyecto desde el inicio quiera rodearse de gente de su confianza y reforzar a su gusto el plantel en varias demarcaciones para no estrellarse a las primeras de cambio. Los números que ha logrado Chaparro con esta plantilla tan limitada son excepcionales, a la altura de los mejores técnicos de la historia del club. El rendimiento que le ha sacado al equipo, sobre todo fuera de casa, ha sido impensable cuando se hizo cargo del mismo sumido en el fondo de la tabla.
Y estoy seguro de que si se atienden sus peticiones el gran beneficiado de todo no será otro que el Real Betis Balompié, que después de varios años pegando bandazos sin encontrar un capitán que dirija con rumbo firme la nave no puede dejarlo escapar ahora que lo ha encontrado. Las peticiones del trianero de reforzar y modernizar la secretaría técnica, la ciudad deportiva y las estructuras del club, además, son las mismas que le hacía el propio José León a Lopera cuando aceptó de nuevo la presidencia. Así que no sé a que esperan para decir sí al proyecto de Chaparro y ponerse ya manos a la obra en la construcción del Betis 2008-09. Todo el tiempo que se deje pasar será dar ventaja a los rivales.
