El teatro, cíclicamente condenado a morir a manos de la televisión y el cine, fue celebrado ayer por sus creadores y por el público en numerosos países, donde se recuerda que todo empezó cuando un hombre, en torno a una hoguera, se ayudó de las sombras para contar una historia.
El Día Mundial del Teatro comenzó a celebrarse en 1961 por iniciativa del Instituto Internacional del Teatro (IIT) y es aprovechado cada año para convertir la calle en escenario y recordar que, pese a los malos augurios, el "theatron" (lugar para ver) sigue vivo. La iniciativa más espectacular probablemente tiene lugar en Madrid, donde se celebró ayer por segundo año la Noche de los Teatros, que acercó a miles de espectadores a 104 representaciones, en 70 espacios distintos, con precios reducidos o en escenarios insólitos como el Museo del Prado.
El IIT, con sede en la UNESCO en París, invita cada año a un hombre de teatro a escribir el Mensaje Internacional. En 2008 le ha correspondido este honor al director de escena canadiense Robert Lepage. Para éste "la supervivencia del arte teatral depende de su capacidad para reinventarse, asimilando nuevos utensilios y nuevos lenguajes".
En sevilla. Dentro de esta jornada, que se celebró en Sevilla en la Escuela Superior de Arte Dramático, se proyectó a lo largo del día de ayer la película Homenaje a Julia Peña, actriz formada en la antigua la EOC, Escuela Oficial de Cinematografía de Madrid, en los años 60. Posteriormente al acto, se celebró una mesa redonda sobre el compromiso del actor con la sociedad y con su profesión, donde se explicaron la necesidad de la existencia de AISGE (entidad que vela por los derechos de propiedad intelectual de los actores, dobladores, bailarines y directores de escena) y sus campos de aplicación.
