Con nuestros equipos de vacaciones y la rumorología de los fichajes presente cada día, buena sería una reflexión sobre la situación económica de los clubes que conforman nuestras ligas de fútbol profesional. El primer calificativo que encuentro es el de vergüenza. Sabido es que en nuestra legislación existe la figura de la Ley Concursal.
Ahora bien, para llegar a ella hay que encontrar aquellos personajes nefastos y muchas veces encumbrados por sus aficiones que dejaron como un solar sus respectivos equipos.
Hoy, muchísimos en quiebra (ley consursal) y sin saber cuál será su futuro porque la Liga de Fútbol Profesional mira a otro lado mientras cada día se suman más a esta figura jurídica.
Alemania. La pasada temporada me convertí en un adicto a la Bundesliga. Competición bien estructurada, campos extraordinarios y a reventar de público y un fútbol, por lo menos, interesante al carecer de grandes estrellas. He visto casi todos los partidos del Borussia de Dortmund en su espectacular Iruna Signal Stadium.
Casi conozco más de Sahin que los técnicos del Real Madrid. Simplemente, por las veces que le he visto hasta su lesión al final del campeonato que acabó con el título para los de Dortmund. A estos equipos alemanes, perfectos pagadores, sin deudas y atención a esto, sin ni uno solo en Ley Concursal porque a los deudores no se les deja competir, los esquilman de sus estrellas otros que tienen deudas hasta para callarse y se permiten adquirir los derechos con contratos estratosféricos que dejan helados a los alemanes, que se echan las manos a la cabeza porque no entienden que se premie a los malos y se castigue a los buenos.
La moda del jeque. Mientras tanto suma y sigue. Llegan al fútbol jeques, emires y millonarios desconocidos. Compran clubes extranjeros con intermediarios de oscuro proceder. Si no hubiera televisión no habría fútbol y si un día los operadores televisivos no pagaran, esto habría terminado.
Todo porque no hay una base que lo sustente y para colmo hay una ley en la que se amparan porque los gestores no hicieron sus deberes como se le exige a cualquier ciudadano. Cuidado que están jugando con fuego y “cabreando” a nuestros vecinos, a los que se les quitan jugadores con cantidades inverosímiles para ellos y nosotros seguimos tirando con cuerda ajena. ¿Hacia dónde caminas fútbol profesional español? Quien esto firma lo desconoce.
