El consultor económico José Antonio López, que participa en el encuentro "La innovación como factor de competitividad empresarial" de los cursos de verano que la Universidad Internacional de Andalucía (UNIA) organiza en Baeza, ha asegurado que en la comunidad andaluza los empresarios no gozan de una buena consideración social.
"Están mal vistos. No tienen el prestigio que les correspondería como creadores de empleo. Es un error enorme que existe en esta región, pues los emprendedores son una parte fundamental de la economía. Ser empresario es mucho más que honroso. La innovación sólo penetra en una sociedad si ésta, en su conjunto, lo entiende como algo bueno", ha señalado.
"Esa falta de prestigio se puede deber a que estamos en una comunidad donde, históricamente, no ha existido una clase media pujante. Andalucía vivía en gran parte del latifundio, y apenas tenía gremios", razonó López, que actualmente es director general en Eurocei, el Centro Europeo de Empresas e Innovación. López apremió a cambiar la orientación de la economía andaluza, demasiado centrada, a su juicio, en la producción, cuando ésta "ya viene de otros países, que es donde se produce más rápido y barato", explicó.
Para ejemplificar esta coyuntura, el ponente apuntó al sector agrícola, que, siendo uno de los más potentes de Europa, "tiene unos canales de comercialización malísimos. Desde siempre, el producto andaluz, muy sofisticado, de gran prestigio, falla en la comercialización. Siempre echamos mano de terceros. El productor nunca llega al cliente final, por lo que no conoce sus necesidades".
La débil posición comercial se refleja con nitidez en el déficit que la región aún acarrea en la internacionalización de sus bienes, indicó López: "Muchas de las empresas andaluzas consideran el comercio exterior como mercado residuo. Es decir, exportan lo que no pueden vender en el mercado local. Pero la exportación es mucho más que algo coyuntural, tiene que ser una actividad reglada.
En Andalucía, por otro lado, hay muy pocos profesionales del comercio exterior. Marcas potentes, de aceite, de aceituna, no están reconocidos mundialmente". El ponente habló también de la escasa sofisticación de la clientela, consecuencia directa de la poca apertura al exterior: "El aceite en Andalucía se produce, en su mayoría, de forma tradicional, en garrafas de plástico de cinco litros, y en el mundo se consume de otra manera. Al productor andaluz no se le pasa por la cabeza vender una botellita de medio litro a diez euros. Ya se sabe que la mayor parte del aceite se comercializa a través de los italianos, dependemos de ellos".
López señaló que éstos y otros errores se deben a que en el tejido empresarial de la comunidad, la inversión en investigación y marketing es mucho menor que la dedicada a la producción. López, que dirigió el Sector de Promoción del Instituto Español de Comercio Exterior (ICEX), consideró que la Administración debe cambiar de "conceptos" para adaptarse a los tiempos: "La nueva economía se basa en el conocimiento y en los activos intangibles, y no se está incentivando su adquisición".
El ponente marcó algunos sectores, como el aeronáutico o el cultural, donde la necesidad de innovar se está abriendo paso con fuerza en la región. Además, añadió, Andalucía se puede convertir en la zona logística más importante de Europa, "siempre y cuando se creen infraestructuras que permitan extraer valor añadido al tránsito de mercancías", matizó.
