Pues al final va resultar que ha sido un pelotazo. Advertimos en su día que nos tendríamos que acostumbrar los unos a los otros, o sea, los peatones y los ciclistas. Es probable que exista alguna nota desafinada en la partitura, y que se haya producido algún encontronazo. Pero iba a ser cuestión de tiempo, como se está demostrando. Cerca de 80.000 abonados a las bicicletas del Ayuntamiento lo dicen todo. Sólo falta algo por saber, e insto al Sr. Rodrigo Torrijos a que se ponga en marcha. ¿De qué manera se desplazaban hasta hace un año todas las personas que utilizan ese servicio, e incluso los que lo hacen en su bicicleta propia? Imagino respuestas, pero desconozco porcentajes. Seguro que en su vehículo privado, o en Tussam, por ejemplo. Eso también sirve para limpiar Sevilla de malos humos y para respirar aire más limpio. Nuestra orografía, los itinerarios programados de los carriles bici y el precio del servicio han hecho posible que estemos en el siglo XXI, como otras ciudades europeas.
Periodista
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