La Fiscalía de Sevilla ha solicitado una condena de nueve años y medio de prisión para Fernando V.C., el joven detenido por el doble atropello mortal del Paseo Colón. El Ministerio Público también reclama para las familias de Patricia Alfaro, de 26 años, y Almudena García, de 31 años, una indemnización de 96.869,85 euros a cada uno de ellas, además de la retirada del carné al acusado durante diez años.
En el escrito de acusación, entregado ayer en el Juzgado de Instrucción número 9, el departamento que dirige María José Segarra considera al joven autor de dos homicidios imprudentes por los que reclama cinco años de prisión para el joven, un delito de omisión del deber de socorro por el que pide otro cuatro años, y dos delitos contra la seguridad vial, por el solicita seis meses de cárcel y una multa de 4.320 euros. Asimismo, el Ministerio Fiscal pide que el sea absuelto de un delito de hurto de uso, ya que aunque cogió el vehículo de su madre sin permiso, ésta no reclama nada contra su hijo.
De esta forma, según el relato que el fiscal hace de los hechos, Fernando salió de Cazalla de la Sierra sobre las 18.00 horas del 3 de abril con el turismo de su madre, un Renault Clio, del que cogió la llave sin permiso, pues su progenitora "le tenía expresamente prohibido conducir debido a las numerosas infracciones cometidas" por el joven y que habían provocado "la pérdida del permiso de conducir, por pérdida total de puntos".
Pese a todo, llevó el coche hasta Sevilla, donde había quedado con unos amigos para ver un partido en el Sánchez Pizjuán. "Previamente y durante el encuentro había ingerido una cantidad indeterminada de alcohol, que le mermaron los reflejos y capacidades necesarios para conducir", señala el escrito.
Cuando el partido terminó, "y encontrándose claramente bajo la influencia de bebidas alcohólicas, condujo desde Nervión en dirección a Plaza de Armas "de forma despreocupada, sin atender las señales de tráfico y a una velocidad excesiva", pese a las complicaciones del tráfico ya que, debido a que era Semana Santa, "había una gran cantidad de peatones deambulando por el Paseo de las Delicias, Paseo de Colón e inmediaciones. Pese a todo esto y consciente de que no podría reaccionar de forma adecuada si se planteara alguna incidencia, no adoptó ninguna medida de precaución". Así, sobre las 0.40 horas el acusado circulaba por el carril central del Paseo de Colón y llegó a saltarse hasta dos semáforos en rojo a una velocidad muy superior a los 50 km/h. Esto unido a que el joven "estaba notablemente influenciado por el alcohol" -dio una tasa positiva de 0,51 y 0,49 gramos por litro de aire respirado- hizo que "no se percatara" de que por el semáforo de la Torre del Oro estaban cruzando tres mujeres, atropellando a dos de ellas que murieron en el acto. El joven, "pese a que la vía es ancha, recta y diáfana no hizo ninguna maniobra evasiva, ni frenó para evitar el atropello", tras el que huyó del lugar.
Iba a 108 kilómetros/ hora. El escrito de acusación de la Fiscalía deja claro de los puntos controvertidos del caso: la velocidad y si el joven huyó o simplemente no frenó antes porque no pudo. El Ministerio Público señala que el acusado debía circular a una “velocidad próxima a los 108 km/h. Uno de los parámetros usados para calcular la velocidad es la regulación semafórica de la zona, pues cruzó en ámbar el primero y en rojo los dos siguientes
En cuanto a la omisión del deber de socorro, el fiscal señala que el joven “no frenó tras el atropello, pues no tenía intención de parar”. Sin embargo se detuvo a 211 metros del lugar de los hechos porque debido al impacto uno de los manguitos del gasoil se rompió, “por lo que el coche sólo pudo continuar la marcha hasta que consumió el gasoil que tenía en el motor”. A esto, añade que fue “interceptado por un taxista”, que le persiguió.
