Economía

El futurible titular de Agricultura

Miguel Arias Cañete no consiguió eludir las continuas alusiones a una más que probable responsabilidad en el Ejecutivo de Rajoy

el 28 nov 2011 / 21:42 h.

"Tan futurible como mi porvenir es lo que pasa en la Comisión Europea, nadie sabe lo que puede pasar". Miguel Arias Cañete respondía así a una interpelación del moderador de la mesa de debate de la jornada organizada por Asaja, que trataba de sonsacarle si finalmente volverá a ocupar la responsabilidad que ya ejerció en uno de los gobiernos de José María Aznar.

Los guiños hacia su persona como previsible candidato a presidir el Ministerio de Agricultura que Mariano Rajoy ha dejado claro que piensa recuperar fueron constantes en el debate sobre la reforma de la PAC.

Arias Cañete se hizo querer ante un aforo de agricultores, que aplaudieron con ganas sus intervenciones, demostrando su profundo conocimiento del engranaje europeo, bagaje que se llevó tras los años en los que se desenvolvió en la política europea como parlamentario.
Hasta uno de los presentes, ya en el turno de preguntas, le dirigió su duda "a Miguel Arias Cañete como futuro ministro de Agricultura". Risas entre el auditorio, sonrisas abiertas en la mesa de debate.

Sentado estaba Cañete entre la representante de Bruselas -vaya papelito el suyo, defender lo indefendible y soportar con buena cara las continuas críticas nada edulcoradas hacia la propuesta de reforma- y el secretario de Estado del Medio Rural y Agua del Ministerio, Josep Puxeu. Y ¿sorpresa? sus discursos bastante coincidentes en muchos puntos.

No pasó desapercibida la sintonía para el moderador, que erre que erre, aprovechaba cualquier oportunidad para meter la puntilla. Como están tan de acuerdo, puede tener un cargo en el equipo de Agricultura de Arias Cañete, vino a decir el periodista. Pues "tendrá que hacer una reconversión profunda y arrepentirse de su pasado", entró al trapo el futurible ministro. Y Puxeu no se quedó a la zaga. "Mi futuro está en el campo", se avino. Que lo que el campo una no lo separe la política.

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