José Manuel Mariscal (Madrid, 1974) acaba de ser reelegido secretario general del PCA en una lista única donde su nombre no figuraba en primer lugar. Al hombre fuerte de IU tampoco le preocupa que su formación sea la única que aún no ha designado candidato a las autonómicas. No oculta que su elegido es el coordinador regional, Antonio Maíllo, pero le resta relevancia al nombre, porque sólo importa el programa.
¿Qué representa el PCA dentro de IU? ¿Se identifica cuando le llaman núcleo duro del partido? ¿Se refiere a si el PCA representa la ortodoxia de la izquierda? Le aseguro que soy el secretario general más heterodoxo que ha tenido este partido. Con esa idea se trata al PCA como una amalgama de personas que no piensan, que se atienen al mando centralizado de un dirigente y sin embargo, en el último congreso hemos demostrado un amplio debate. En nuestras reuniones de comunistas armamos bulla, no te puedes imaginar de qué manera, pero luego se alcanzan acuerdos que son ejecutados con compromisos y con disciplina.
En el congreso, la lista no estaba encabezada por usted, sino ordenada alfabéticamente. ¿Por qué? Porque no es como el de otros partidos. Hay formaciones dentro del bipartidismo donde los delegados eligen al secretario general, y luego éste hace su equipo. En el otro, los delegados hacen lo que les dicen desde Madrid. Nosotros elegimos un equipo primero, y luego éste decide quién es el secretario general. Con una sola candidatura no era necesario que yo encabezara la lista.
¿Le gusta esa fórmula para elegir a los candidatos a las municipales y las autonómicas? No. En esos casos es necesario presentar una lista ordenada, cerrada y concreta.
Pero parece que a IU no le urge presentar un referente como cabeza de cartel para las autonómicas. Porque no hay autonómicas a la vista. No detectamos un adelanto electoral. El adelanto depende de la disolución del Parlamento, ésta compete a la presidenta, y es evidente que si decidiera disolver la Cámara cuando hay todavía tanto por cumplir del acuerdo de Gobierno PSOE-IU sería por motivos tacticistas que no favorecerían el bienestar colectivo de los andaluces.
Al margen de la fecha electoral, ¿no les preocupa la ventaja que está ganando Díaz en las encuestas o las expectativas de un nuevo líder en el PP-A (Juan Manuel Moreno)? Nosotros, de un tiempo a esta parte, hemos aprendido muchas cosas. Estamos tratando de hacer Política con mayúscula, no nos dedicamos ni al mundo del espectáculo mediático ni a la sociología electoral. Tenemos un proyecto fuerte y sabemos que el bipartidismo está agotado. El esquema con el que se nos pregunta muchas veces sobre la ausencia de referente elegido... decir ahora Antonio Maíllo candidato a la presidencia de la Junta... si esto nos facilitaría más o menos nuestra labor política tiene una relevancia muy limitada.
¿La tiene? Para mis intereses, para los objetivos que estoy buscando, sí. A mí lo que me interesa es llenar la plaza de San Francisco con 20.000 personas (manifestación del 28-F convocada por IU), y que además eso sea la expresión de una convergencia social en torno a un programa alternativo que es capaz de aglutinar sectores diversos de la sociedad. No habríamos llenado esa plaza si no se hubieran subido a los autobuses las pymes, comerciantes, trabajadores, asociaciones de mujeres
¿Es importante a la hora de construir ese programa que decidamos que Maíllo sea candidato a la Junta? Bueno, primero vamos a las europeas del 25 de mayo...
Entonces no les preocupa que en la última encuesta del Egopa el grado de conocimiento de Maíllo sea del 25%... Hombre, nos preocupa que el conocimiento de Maíllo sea del 25%, pero si fuera del 75%, ¿se solucionarían más fácilmente los problemas de los trabajadores andaluces?
Bueno, en la medida que ustedes aspiran a gobernar para solucionar esos problemas... Creemos que la solución a esos problemas no dependen del grado de conocimiento de nuestro candidato. El ascenso de IU depende del grado de acierto de nuestras propuestas programáticas. Creo que hay otra manera de entender la política. A mí me gustaría que IU se presentase a las elecciones sin foto [de candidato].
¿Cómo valora el trabajo de la Junta en los últimos dos años? El Gobierno andaluz, teniendo en cuenta las circunstancias por las que hemos transitado en estos dos años, ha tenido un papel de impulso legislativo notable. Nos gustaría que llegásemos al cumplimiento en grado máximo del acuerdo programático. IU dentro de la Junta ha supuesto la adopción de medidas que tienen nuestro sello, pero también hay medidas de otras consejerías donde está clara nuestra presencia: reducción de conciertos educativos, subasta de fármacos, oferta de empleo público en sanidad y educación
En dos años, el Consejo de Gobierno ha aprobado sólo una ley del pacto PSOE-IU... Ahora vendrá el gran chorro. Pero, bueno, también se han aprobado dos presupuestos que han sido difíciles, porque hemos tenido que enfrentarnos a un proceso brutal de recentralización, encabezado por el Gobierno del PP.
¿Diría que el Gobierno andaluz es un gobierno de izquierdas? No. Los comunistas hemos dejado dicho en nuestro congreso que el Gobierno andaluz es un gobierno de resistencia. Que se están aprobando medidas de izquierda es indudable, pero a mí me gustaría catalogar este Gobierno de resistencia y también con la posibilidad de ir generando las bases legales en nuestra región para la modificación radical del modelo productivo en nuestra tierra. Ése es el verdadero reto.
El PP dice que la Junta está en la confrontación con Rajoy: hasta nueve recursos de inconstitucionalidad en dos años de legislatura. Claro que nosotros confrontamos, la política no es neutra. Las políticas que se ejercen desde un Gobierno no son neutras. En educación, sanidad, justicia, ahí no puede haber neutralidad, o estás con lo público, o con lo privado, como el PP.
Usted solía ser más crítico con el PSOE que con el PP. ¿Ha cambiado? Soy crítico con el bipartidismo. He sido ocho años diputado en el Parlamento resistiendo contra un rodillo que conllevaba la mayoría absoluta del PSOE en la Cámara, y mi función como oposición era ésa. Al PSOE y al PP hay que seguir demostrándoles que las políticas que han venido llevando a cabo en sus gobiernos no han favorecido a los trabajadores y es lo que tratamos de corregir. Ahora el PSOE aún no se ha enterado de que gobierna en coalición. Tiene tradición de mayoría absoluta incluso cuando cogobierna, ¿o es que alguien recuerda que el PA gobernó en Andalucía ocho años? A IU no le va a pasar porque se lo recordamos a diario.
Para las municipales, ¿ve factible extrapolar el pacto PSOE-IU a las capitales y grandes ciudades andaluzas donde ahora gobierna el PP? Nuestro objetivo en esas ciudades es quitar al PP pronto. Con el PSOE tenemos oportunidad de derribar al PP en muchas de las alcaldías que están actualmente gestionando tan mal, tan seguidista de las políticas de Rajoy. Siempre es más fácil alcanzar acuerdos con el PSOE por abajo que por arriba, es más fácil a nivel de ayuntamiento que a nivel del Estado.
