La final de la Eurocopa de fútbol que disputaron España y Alemania modificó el comportamiento acústico en la ciudad de Palma de Mallorca, donde conviven aficiones de los dos equipos.
Investigadores de la Universidad Politécnica de Madrid midieron la influencia acústica de la final de la Eurocopa, y comprobaron cómo variaba el comportamiento de una ciudad como Palma de Mallorca.
Según los datos facilitados por esta Universidad, el momento más silencioso del partido se registró entre las 22:00 y las 22:15 horas, y en ese tiempo los niveles sonoros se redujeron hasta 5 decibelios.
Tras el gol de España, se detectó un incremento de entre 15 y 20 decibelios, aunque en alguno de los puntos en los que se realizaron las mediciones el aumento fue hasta de 80 decibelios.
La propia universidad considera "obvio" afirmar que los eventos deportivos de relevancia tienen una influencia sobre el funcionamiento habitual de las ciudades, y ha observado que algunos de los "deportes de masas", como el fútbol, puede llegar a paralizar un país.
Una vez finalizado el juego, y en función de los resultados obtenidos, las celebraciones por parte de la afición pueden marcar el ritmo de la ciudad durante horas, ha señalado la misma fuente, y ha destacado que las celebraciones llevan asociadas de forma implícita un incremento de los niveles de ruido.
El Grupo de Investigación en Instrumentación y Acústica Aplicada de la Universidad Politécnica de Madrid realizó mediciones de ruido del 24 de junio al 2 de julio, de forma ininterrumpida, en diferentes localizaciones de Palma de Mallorca, gracias a un Convenio de Colaboración entre el Ayuntamiento y esta Universidad para la realización del mapa de ruido del municipio.
Algunas de las mediciones efectuadas tuvieron que ser desestimadas para cumplir los objetivos de ese convenio, ya que ese acontecimiento deportivo alteró el funcionamiento habitual de la ciudad.
Las mediciones han permitido observar sin embargo el fenómeno social de las celebraciones deportivas desde el punto de vista de las emisiones acústicas producidas.
En el estudio, los investigadores han relacionado diferentes variables, como las audiencias televisivas o las intensidades de tráfico con los niveles de ruido producidos en cuatro puntos repartidos por la ciudad.
El análisis se centró en el período comprendido entre las 17:00 horas del día 29 de junio y las 2:00 del día siguiente; durante las dos horas correspondientes al partido se observó una reducción media próxima al 50 por ciento en la intensidad de tráfico.
A partir de las 20:45 horas, se observó una reducción gradual de los niveles sonoros, registrándose los niveles más bajos entre las 22:00 y las 22:15 horas.
A las 21:22 horas, cuando marcó el gol Fernando Torres, se observó un incremento del nivel sonoro de entre 15 y 20 decibelios en tres de los cuatro puntos estudiados, y aumentó en 80 en alguna de las zonas de medida.
A partir de las 22:20 los niveles sonoros empezaron a subir nuevamente, y al finalizar el partido, entre las 22:35 y las 22:50 según el punto de medida, los niveles sonoros volvieron a dispararse, entre 10 y 15 decibelios, y 82 decibelios en uno de los puntos de medición.
Esos niveles se mantuvieron aproximadamente hasta las 00:00 horas, momento en que se inició una caída gradual del ruido.
La intensidad de tráfico recuperó los niveles máximos a las 23:00 horas, y también empezó a reducirse a partir de ese momento, según la misma investigación que ha concluido que a la 1:00 de la madrugada todos los niveles de ruido volvieron a la normalidad acústica.
