Cofradías

El Gran Poder recibe tras cinco años la herencia de una devota francesa

La cofradía pleiteó con la Hacienda gala para defender su condición de entidad exenta de pagar tributos

el 22 nov 2012 / 20:15 h.

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El hasta hoy hermano mayor del Gran Poder, Enrique Esquivias, se despide del cargo con una grata noticia. La corporación de San Lorenzo podrá recibir al fin la herencia de una devota francesa que decidió legar a su muerte una importante suma de dinero a la cofradía de la Madrugá.

 

Casi cinco años de pleitos con la Hacienda gala han sido necesarios para que, finalmente, la hermandad haya obtenido una resolución favorable a sus intereses, pudiendo de esta manera percibir en su integridad la cantidad consignada en su testamento por la finada.

Hace sólo unos días que se recibió en San Lorenzo la resolución del fisco francés que otorga la razón a la hermandad en su pugna jurídica por que se le reconociera el carácter de entidad exenta de tributo.
Pero más allá de la resolución jurídica de un pleito económico de carácter internacional, la historia quizás merezca contarse más bien desde el magnetismo devocional que la imagen del Señor de Sevilla sigue despertando desde hace siglos entre hombres y mujeres anónimos.

Esta historia comienza en el año 2007, año en que la junta de gobierno tuvo conocimiento, a través de una familia que guarda una gran vinculación con San Lorenzo, de la existencia del legado de una importante suma de dinero en favor de la hermandad del Gran Poder de Sevilla. Lo curioso era que ese legado provenía nada menos que de París, de una mujer que se confesaba devota del Señor.

Esta devota se llamaba Jackeline Tettelin. Según cuenta Enrique Esquivias, esta mujer "se vino a vivir a Sevilla hará cosa de 40 años y a través de una familia muy vinculada a la hermandad conoció al Señor del Gran Poder y le cogió una gran devoción".
Después de vivir una temporada en Sevilla, Jackeline se estableció definitivamente en París, donde a pesar de la distancia mantuvo muy vivos los recuerdos de esos encuentros íntimos con el Señor en San Lorenzo.
Jackeline Tettelin falleció en el año 2007. A su muerte, se descubrió que entre sus disposiciones testamentarias, esta devota del Señor en la distancia había dejado un importante legado económico para la hermandad que le da culto. "No había vuelto a ver al Señor, pero esa devoción la había mantenido el resto de su vida", señala Esquivias.

Entre sus últimas voluntades, esta ciudadana francesa también había dejado escrita otra disposición muy curiosa: que sus restos fueran trasladados a Sevilla para recibir cristiana sepultura. De hecho, Jackeline descansa en el cementerio sevillano de San Fernando.

Cuando la hermandad quiso entonces disponer de esa herencia se topó con la voracidad recaudatoria de la Hacienda francesa, que quería hacer pagar a la hermandad en concepto de tributo el 60% de la suma legada por la finada. La junta de gobierno quiso hacer valer su condición de entidad exenta de tributo que goza en España, por lo que buscó un abogado parisino para que defendiera sus intereses ante el fisco francés.

Durante estos últimos más de cuatro años el dinero ha permanecido retenido en una notaría de la capital francesa a la espera de que se resolviera el pleito económico planteado por la hermandad. Finalmente, y después de casi cinco años de espera, hace sólo unos días que se recibía en San Lorenzo la buena nueva: por fin la Hacienda francesa ha resuelto a favor de la hermandad y ha declarado que tiene derecho a recibir el legado en su integridad sin pagar tributo alguno.
Esquivias, que se marchaba "con el disgusto de no haber dejado este asunto resuelto", prepara un viaje a París para recibir la última voluntad de Jackeline.

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