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El Hércules enseña al Betis por dónde se va a Primera

El Betis puso fin a su primera semana horrible de la temporada con otra derrota, esta vez ante un rival directo por el ascenso.

el 16 sep 2009 / 08:17 h.

El Betis puso fin a su primera semana horrible de la temporada con otra derrota, esta vez ante un rival directo por el ascenso. En realidad, el único equipo que actuó como un aspirante a Primera fue el Hércules. Sergio García y Pavone hicieron lo que pudieron, pero el nivel defensivo, una vez más, decidió en contra de Antonio Tapia y los suyos.

El Betis casi sobrevivió a un mal fútbol que ni de lejos conduce a Primera, a setenta minutos en inferioridad y a un adversario que demostró que los triunfos y la brillantez también son compatibles en Segunda gracias a Sergio García y Pavone. Rodeados como están de un entramado que flojea en defensa de una manera alarmante, el catalán y el argentino se bastarán para decidir muchos partidos en esta triste categoría, pero también habrá días en que su sola presencia no será suficiente. Porque enfrente, de vez en cuando, habrá enemigos como el Hércules, que no huyen de las triangulaciones, de las aperturas a las bandas, del orden... Equipos que, de tener la calidad que atesora el Betis en su pareja de ataque, golearían sin pudor a rivales como el que ayer vistió de verde. Pero Tote no es Sergio, por ejemplo, y el Betis casi logra algo de un estadio donde debió perder porque defendió mal, y no es la primera vez, y porque no existió en el círculo central, en el lugar desde donde deben surtir a los que deciden los partidos.

Queda claro, por tanto, que Sergio García y Pavone no pueden hacer todo. El primero se pasó casi toda la primera parte viendo un balón aéreo tras otro, pero entre tanto voleón halló dos pelotas más o menos francas. Una la convirtió en asistencia que Odonkor, como siempre, estropeó con un ¿remate? en dirección al Mediterráneo, y otra la mandó a las redes herculanas tras un balón muy bien peleado por Pavone. Cuarta asistencia del argentino, segunda diana del barcelonés. El argentino, aparte de ese pase, se fajó, halló faltas imposibles, remató y marcó justo cuando su compañero, siempre cercado por dos o tres adversarios, ya había dicho adiós al envite.

Con tan poca cosa, con tan poco mérito, el Betis casi iguala un encuentro que Sunny se cargó en un visto y no visto. No tuvo mejor ocurrencia el hispanonigeriano que cometer una falta a destiempo y perder un balón impropio de un profesional. Lo malo es que no fue en el mismo lance, sino en dos, y cada uno le valió una amarilla. En tres minutos, su equipo se vio en inferioridad ante un rival que en juego ya era superior merced a la resurrección de Farinós, que manejó el encuentro a su entera voluntad. Y en cuatro minutos, sin tiempo para asimilar tanto revés, Tiago Gomes confirmó que el Betis necesita un central YA. El propio Tapia recalcó esa carencia obviando a Rivas, el único central en el banquillo, cuando quitó a Carlos García.

Aunque el Betis tuvo la fe necesaria para empatar esa vez, y luego otra vez, el destino no quiso que fuese así. Se le puede llamar destino o se le puede llamar fragilidad defensiva. Si en el 2-1 fue Tiago quien se plantó en la frontal sin nadie que lo encimase, en el 3-2 fue Peña quien se dio la carrera de su vida antes de que Kiko hiciese su primera jugada importante en la élite y Sendoa, a placer, diese al Hércules lo que sin duda había merecido. Goitia, mal en el segundo tanto local, lo había evitado en un par de ocasiones anteriores, una de Tote y otra de Rufete, pero con dos jugadores y medio no se va a ninguna parte en Segunda. Hace falta un equipo, como ayer demostró el Hércules.

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