Un esquizofrénico de 35 años asesinó el lunes a su madre en Murcia, después la decapitó y seguidamente se paseó con su cabeza por el centro de Santomera. El vecindario quedó conmocionado por el crimen. El asesino había sido arrestado cuatro veces por maltratarla.
El titular del juzgado de instrucción número 6 de Murcia acordó ayer por la tarde el ingreso en el módulo psiquiátrico de la prisión de Fontcalent (Alicante) de Angelo Carotenuto. Tras interrogarlo durante una hora, el juez ordenó también el examen psiquiátrico urgente del detenido para determinar con exactitud su estado y el tratamiento que precisa, ya que en su comparecencia el parricida se negó a declarar ante el juez y a ser reconocido por la médico forense, dirigiéndoles frases y gestos despectivos.
El presunto parricida había sido detenido en dos ocasiones y en otras dos cumplió en 2003 y 2006 dos condenas judiciales de internamiento en centros psiquiátricos por amenazas y malos tratos a su madre. El pasado 30 de agosto quedó extinguida una orden de alejamiento de ella.
Teresa Macanás era una persona "muy conocida y apreciada" entre sus vecinos. "Era la estanquera del pueblo y la que traía todos los días los periódicos al ayuntamiento", explicó un portavoz municipal.
El estanco de Teresa Macanás, de 56 años, se encontraba junto al bar Mar de Galilea, que había legado a su hijo Angelo, y fue allí donde éste, presuntamente, la decapitó sobre las 21.00 horas del lunes, con un cuchillo de grandes dimensiones. Tras cometer el parricidio, Angelo Coratenuto abandonó el establecimiento por la puerta trasera, con la cabeza de su madre envuelta en un trapo, y dio varios paseos por la plaza de la Iglesia hasta ser detenido.
Esquizofrénico. Sobre su enfermedad se manifestó el doctor José Hernández, jefe de psiquiatría del hospital Virgen de la Arrixaca de Murcia, quien calificó de "absolutamente anecdótico" y "extraño" que un esquizofrénico cometa un acto tan violento como la decapitación de su madre.
El parricida había sido hospitalizado varias veces para recibir tratamiento psiquiátrico, y su madre "lo tenía muy protegido". Tanto, que fue ella fue la que compró el bar y luego se lo regaló.
