Una vivienda que anteriormente había sido una tienda de cocinas, aislada del resto de Alcalá de Guadaíra y rodeada de naves industriales. Es donde se encontraba encerrado el menor de nacionalidad china que fue rescatado por la Policía Nacional el pasado martes, tras haber permanecido encerrado durante cuatro días en un secuestro por el que están detenidos cinco compatriotas.
El subdelegado de Gobierno en Sevilla, Faustino Valdés, agradeció ayer la “rápida intervención” de la Policía Nacional en la resolución del secuestro del joven, que estaba retenido en la citada vivienda situada en el entorno de Venta la Liebre. Los agentes de la Policía Nacional habían practicado, además, varios registros domiciliarios y en distintas naves industriales de Alcalá de Guadaíra, principalmente en el entorno de Cabeza Hermosa, para intentar localizarlo. El Juzgado de Instrucción número 6 de Sevilla, dirigido por la magistrada Mercedes Alaya, se encargó de la autorización de tales registros domiciliarios y de la imposición del secreto de sumario que pesa sobre las diligencias, de manera que no trascendió mucha más información sobre el asunto.
El subdelegado del Gobierno en Sevilla sí precisó que todos los detenidos pasaron ayer a disposición judicial “y el joven se encuentra en buen estado”.
Esta operación se desarrolló entre la noche de pasado lunes y la madrugada del martes entre Sevilla y Alcalá de Guadaíra. Los supuestos autores del secuestro, que habían reclamado un millón de euros a los padres de la víctima, que regentan varios bazares en Sevilla, sólo tenían alquilada la vivienda donde se encontraba el joven cuando fue rescatado.
Mientras tanto, los vecinos del pequeño barrio de Venta la Liebre no salían ayer de su asombro al enterarse de la noticia. “Éste es un barrio tranquilo”, aseguró Richard Pérez, que pasa a diario por el lugar donde se encuentra la mencionada vivienda para acudir a su lugar de trabajo. “Nunca hubo problemas y lo peor es que ahora la gente está asustada”, continuó. Eso sí, aclaró que como la vivienda “está muy alejada del resto del barrio, nadie sabía nada”. Para concluir: “Se veía entrar y salir gente, pero nunca pensamos que tenían a alguien secuestrado dentro”.
