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El autor del atropello de Montes Sierra dice que iba bebido y no vio a la víctima

El juez lo ha enviado a prisión y ha dejado en libertad con cargos al dueño y al portero donde comenzó la pelea, también detenidos. Hay un cuarto arrestado que se encuentra hospitalizado

el 25 feb 2014 / 16:29 h.

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Fue «fortuito» porque no vio a la víctima e iba bebido y herido. Eso es lo que el autor del atropello mortal a Francisco Javier G.M. el pasado sábado en la avenida de Montes Sierra le contó al juez que ayer, tras tomarle declaración, lo envió a prisión imputado por un delito de homicidio y otro de omisión del deber de socorro. También negó que le pasara varias veces por encima con el coche. Además, la Policía también puso a disposición judicial al dueño y al portero del local donde se pudo originar una pelea entre ellos, que quedaron en libertad, pero imputados por encubrimiento. En el coche iba otra persona más que ayer fue detenida, pero que no fue trasladada al juzgado porque está hospitalizada tras someterse a una operación que tenía previamente programada. Uno de ellos le dijo al magistrado que el conductor invadió la acera, embistió a la víctima y se marchó del lugar. El principal detenido por el atropello, Jonathan S.B. y conocido como el prestamista, le ha explicado al juez del caso, el titular del Juzgado de Instrucción número 9, que él se encontraba en el bar La Trocha la madrugada del sábado, sobre las 7.30 horas, cuando el ahora fallecido, conocido como el muñeco, comenzó «meter la pata» en el bar porque estaba muy borracho, según su versión. Supuestamente, la víctima, que tenía 32 años, habría increpado a algunas «mujeres», aunque no a la de Jonathan. Por este motivo, el dueño del establecimiento, que también fue detenido, le habría llamado la atención y, según explicaron fuentes del caso, le llegó a ofrecer una copa «para tranquilizarlo». Sin embargo, no entraba en razón, por lo que le «invitaron a que se fuera», pero finalmente, acabaron echándolo del local. Según relató, había unas 14 o 15 personas a su alrededor, pero él no tuvo ningún problema con la víctima, sin que llegara a pelearse con ella. Los porteros del establecimiento, tras echarlo, llegaron a echar los portones para evitar que volviera a acceder. Poco después, y siempre según la versión del principal imputado, Francisco Javier volvió y comenzó a golpear las puertas del local, momento en el que Jonathan salió a la calle para comprobar qué es lo que ocurría. Éste aseguró al magistrado que en ese momento la víctima le agredió, pues le propinó un corte en el cuello, que según cree, se lo pudo hacer con una botella rota. El prestamista comenzó a sangrar de forma abundante, así que decidió coger su coche, un Fiat Stilo, para acudir a un hospital, donde fuera atendido. Según contó, le acompañaron el portero del local, el dueño y una tercera persona, que es la que se encuentra hospitalizada, quienes incluso le propusieron llevar ellos el coche porque sangraba mucho. Sin embargo, él lo rechazó y decidió conducir él. Los cuatro partieron y, según el principal imputado, cuando habían recorrido unos 100 metros sintió un fuerte golpe en el coche, sin saber qué había pasado. Tras el impacto, detuvo su vehículo, momento en el que supo que había atropellado a una persona, pese a que él no se bajó del coche. Fueron los otros ocupantes quienes descendieron y le dijeron que había arrollado a un hombre, momento en el que aparecieron varias personas para auxiliarle, por lo que, al ver que estaba siendo atendido, decidieron volver con el coche al bar, porque los otros tres se lo pidieron. Ellos se quedaron allí y él recogió a su mujer y volvieron a poner rumbo al hospital. El conductor reiteró al juez que no vio al fallecido andando y reconoció que había bebido mucho, «unos ocho o diez Larios», lo que pudo hacer que no fuera en condiciones adecuadas para conducir. Además, le insistió en que también iba herido y que conducía con la mano derecha, mientras con la izquierda se tapaba la herida que tenía en el cuello. Sin embargo, la versión que ofrece otro de los imputados contradice su relato sobre cómo se produjo el atropello. Tanto el dueño como el portero coinciden en su versión ofrecida ayer al juez en que el fallecido estaba muy borracho y que tuvieron que echarlo del local. Además, los dos también explicaron que éste agredió a Jonathan en el cuello, por lo que decidieron marcharse al hospital. Es más, ellos dijeron de igual modo que le insistieron al prestamista para que les dejara llevar el coche, pero éste se negó. Sin embargo, uno de ellos relató que tras haber recorrido unos 100 metros, dio un volantazo a la derecha y unos siete metros después vieron a la víctima caminando y, pese a que le gritó al conductor «para, para» se lo llevó por delante. Cuando paró el coche abrió la puerta y se dio cuenta que estaba muerto, pero Jonathan le gritó que la cerrara la puerta, tras lo que giró a la izquierda de vuelta al local. Los tres se quedaron allí y él se marchó con su mujer, supuestamente al hospital.

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