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El Parlamento, territorio comanche

PP e IU aprovecharán la Cámara andaluza como caja de resonancia de su oposición más dura. La huelga general y la precampañan municipal enrarecen el diálogo en un periodo de sesiones donde el Presupuesto y la reforma de las cajas son las principales iniciativas legislativas.

el 12 sep 2010 / 18:56 h.

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El líder del PP-A, Javier Arenas, saluda al presidente de la Junta, José Antonio Griñán, en presencia de la portavoz del Gobierno, Mar Moreno.

En su primera intervención pública tras las vacaciones el presidente de la Junta, José Antonio Griñán, confió en el Parlamento como "territorio de encuentros" con la oposición, sobre todo en lo relacionado con la crisis. Fue una oferta "retórica", admiten desde el Gobierno: "Lo que hay es lo que hay". Bronca. El Ejecutivo, cómodamente respaldado por la mayoría absoluta socialista, está preparado y mentalizado para que la Cámara se convierta en la "caja de resonancia" del tono más duro de la oposición. En año electoral, con comicios municipales en mayo, una huelga general a la vuelta de la esquina y una oposición crecida por el descrédito que la crisis o el paro se cobran al Gobierno, el nuevo curso promete más que nunca que el Parlamento sea territorio comanche.

El periodo de sesiones arranca este miércoles y tanto el líder del PP-A, Javier Arenas, como el de IU, Diego Valderas, han elegido las medidas contra la crisis y la huelga general para estrenar su duelo verbal con el presidente. Ya el 29-S ha calentado las filas, con IU llamado "esquiroles" al resto de diputados y exigiendo una nueva planificación para que la huelga no coincida con el segundo pleno del curso. Curiosamente el PP se alinea con el PSOE en su rechazo a la convocatoria.

La agenda del primer pleno llega cargada de debate económico: convalidación de las medidas fiscales aprobadas por el Gobierno, plan de empleo para jóvenes o nuevo plan forestal. Serán meses marcados por la aprobación del Presupuesto y en los que el Gobierno andaluz tendrá una actividad legislativa limitada, sin proyectos estrella: ley de calidad agroalimentaria, del Olivar, de Documento, Archivos y Patrimonio Documental, reforma de la ley de cajas y contrato-programa de la RTVA -según lo apuntado por el Gobierno-.

El Presupuesto de 2011 será "muy restrictivo", "sin alegrías". No era ningún secreto y lo corroboró el presidente. Serán unas cuentas muy difíciles, castigadas por el límite al déficit, con un retroceso en el gasto y recortes en las inversiones. Al Gobierno andaluz (con 56 de los 109 diputados) no le hace falta ningún apoyo para que salgan adelante pero la instrucción es ofrecer diálogo a la oposición. Los socialistas han dado el primer paso. Han vuelto a ordenar a sus concejales de la oposición en los ayuntamientos que no se opongan ni bloqueen los futuros presupuestos municipales. "¿Si nosotros podemos renunciar a posiciones partidistas en los municipios, por qué no puede hacerlo el PP?", se pregunta el portavoz parlamentario del PSOE-A, Mario Jiménez. Los populares se han mostrado dispuestos al diálogo e incluso han ido, en los últimos días, poniendo condiciones para cerrar un acuerdo sobre las futuras cuentas públicas. Han exigido que no disminuyan las partidas de educación y sanidad y que prime la austeridad. Habrá ofertas, gestos de buena voluntad pero no habrá acuerdo, saben de antemano las dos partes.

Otro territorio abonado para la disputa será la reforma de la ley de cajas. Entre las seis leyes que, según las previsiones del Gobierno, se aprobarán en los próximos meses figura esta reforma que enfrentará a PSOE, PP e IU y hará tambalearse al acuerdo escenificado el pasado julio por todos los líderes políticos a favor del sistema financiero andaluz. En un debate enrarecido tras la adjudicación de Cajasur a la BBK, los partidos deben adaptar la norma andaluza al nuevo marco estatal, que abre la puerta a la bancarización de las cajas de ahorros.

Si en el Congreso PSOE y PP lograron un acuerdo, en el Parlamento se antoja más complicado. Los socialistas han anunciado ya su interés por preservar el carácter social de las entidades y limitar las puertas que se abren a la privatización. En ese terreno podrían encontrarse con IU, pero muy difícilmente con los populares, cuya cruzada central será la despolitización de las cajas.

Los partidos deberán además ponerse de acuerdo para renovar dos órganos de extracción parlamentaria: la Cámara de Cuentas y el Consejo Audiovisual. El primero lleva ya dos años caducado, con cuatro de sus miembros -incluido el consejero mayor- en situación interina. PSOE y PP cerraron un acuerdo meses atrás para desbloquear esta renovación y que pasaba por crear una vicepresidencia que recaería en los populares. Sin embargo, el acuerdo no ha cuajado. La renovación del Audiovisual, un órgano desde su creación en el epicentro de la pelea política, se adivina como una intensa guerra.

El Parlamento será también altavoz para la oposición en la precampaña de las municipales. Los partidos aprovecharán para colar en la Cámara todos los asuntos de la gestión local que puedan ayudar a sus candidatos en la carrera por las alcaldías. Las inversiones paradas de obra pública o la financiación municipal estarán en el orden del día de futuros plenos.

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