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El periodista que lanzó un zapato a Bush se convierte en héroe de Irak

El periodista Montazer al Zaidi ha pasado del anonimato a ser el nuevo héroe nacional de Irak tras su lanzamiento de zapatos contra el presidente de EEUU durante una rueda de prensa el pasado domingo. Ahora, cientos de iraquíes pasean por la calle con los zapatos en alto. Foto: EFE.
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el 15 sep 2009 / 19:54 h.

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El periodista Montazer al Zaidi ha pasado del anonimato a ser el nuevo héroe nacional de Irak tras su lanzamiento de zapatos contra el presidente de EEUU durante una rueda de prensa el pasado domingo. Ahora, cientos de iraquíes pasean por la calle con los zapatos en alto y más de 100 abogados se han ofrecido para defenderlo.

Al Zaidi, de 27 años y licenciado en la Facultad de Información de la Universidad de Bagdad, comenzó a trabajar en 2005 en el canal de televisión vía satélite Al Bagdadia, cuya sede está en El Cairo. Es una persona "equilibrada y tranquila", aseguró ayer uno de sus compañeros de trabajo, que prefirió no revelar su identidad debido a que la cadena les ha pedido que guarden silencio sobre esta cuestión. "Trabajo con Al Zaidi desde hace más de un año en el canal Al Bagdadia, y por lo que lo conozco es una persona equilibrada y tranquila que respeta a todos sus compañeros y sus amigos", detalló su compañero de trabajo.

Asimismo, subrayó que el reportero, que se encuentra actualmente bajo arresto sin tener de momento en su contra acusación alguna, "rechaza la ocupación de Estados Unidos como cualquier iraquí digno y tiene el derecho de expresarlo de la manera que crea oportuna". Otros compañeros, por su parte, aseguran que Al Zaidi odia a las tropas de EEUU por la muerte de dos de sus hermanos que pertenecían al Ejército Al Mahdi, fiel al clérigo radical chií Muqtada al Sadr y que se ha enfrentado en varias ocasiones en violentos combates al Ejércitos iraquí y al estadounidense.

El gesto protagonizado por este periodista durante una concurrida conferencia de prensa el pasado domingo despertó ayer una oleada de solidaridad en Irak hacia su persona. Así, el antiguo jefe del equipo de la defensa del dictador iraquí, Sadam Husein, aseguró que más de cien abogados del mundo entero se han presentado voluntarios para defender al agresor. "Éste es el beso de despedida, perro", gritó Al Zaidi a Bush antes de lanzarle sus dos zapatos, que, tras ser esquivados por el presidente de EEUU, golpearon la bandera estadounidense colocada en la sala donde se celebraba la rueda de prensa. En el mundo árabe, mostrar la suela del Kundar, como se dice zapato en iraquí, del Gazma, como lo llaman los egipcios, o del Hidaa, como se pronuncia en árabe clásico, es ya considerado una terrible ofensa, aún más grave que llamar a alguien "perro", un animal que los musulmanes consideran "impuro".

Esta no es la primera vez que el nombre de Zaidi salta a los medios de comunicación, ya que el 16 de noviembre de 2007 fue secuestrado por un grupo de hombres armados en Bagdad cuando se dirigía de su casa en el barrio popular de mayoría chií de Ciudad Sadr, en el este de Bagdad, a su trabajo en el barrio de Al Waziriya, en el norte de la capital. En aquella ocasión Al Zaidi salió bien parado y fue liberado una semana después sin que tuviera que pagar, al pacererm, ningún tipo de rescate en una época en la que numerosos periodistas murieron.

Cadena perpetua. El incidente de ayer, del que el presidente de EEUU salió muy bien parado demostrando tener unos grandes reflejos, es inédito en la era de Bush, que desde la invasión de Irak en marzo de 2003 viaja rodeado por un impresionante equipo encargado de su seguridad. Para encontrar una acción ligeramente parecida, hay que remontarse al 10 de mayo de 2006, cuando un ciudadano georgiano, Vladímir Arutiunián, también de 27 años, lanzó una granada de mano contra Bush que no llegó a estallar. Aritunián fue detenido y condenado a cadena perpetua. De momento Al Ziadi está siendo interrogado durante estos días por los servicios de seguridad del primer ministro iraquí y aún no se ha emitido ninguna acusación oficial contra él, considerado ya por muchos iraquíes como un héroe nacional.

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