Cinco años y diez meses más tarde, la Liga recuperó a Fernando Vázquez, licenciado en Filología Germánica y profesor de inglés en institutos de pueblo de La Coruña hasta que el fútbol lo apartó de la enseñanza en las aulas. Después pasó a impartirla, o intentarlo, en los campos del balompié español. Entre otros destinos pasó por Sevilla, por la orilla contraria a la que visitó ayer en su resurrección para el fútbol de élite, y contribuyó a un ascenso que luego completaron otros. Ahora, desde anoche, 2.141 días después de su último encuentro como entrenador en Primera, encara la misión de salvar al Deportivo, que es más difícil que aprobar Filología Germánica.
En el camino del profesor de inglés se interpuso anoche un perro de caza. Si alguna vez en alguna clase explicó el significado de la palabra ‘pitbull', el bueno de Vázquez seguro que ni se imaginaba que existía una acepción que significaba Gary Medel y que ese can chileno estropearía su reingreso en la división de honor del fútbol español. Pero así ocurrió. En menos de media hora, el omnipresente centrocampista metió dos goles y medio y zanjó el trámite para un Sevilla que a partir del minuto 27 seguramente comenzó a pensar en la semifinal de Copa que le aguarda en una semana y media. El insípido e interminable rosario de pases de la segunda parte, con la extraña connivencia del colista de la Liga, es una buena prueba.
El desigual duelo entre el ‘pitbull' sevillista y los poco aventajados alumnos del profesor coruñés fue disfrutado en vivo y en directo por los Biris. Si el Sevilla es otro con Medel en plenitud de facultades, el Sánchez-Pizjuán también es otro con su histórico grupo del Gol Norte totalmente apegado a su equipo. En la fría y poco futbolística noche del viernes, aunque cosas peores veredes con el asunto de los horarios, el fortín de Nervión no fue la Bombonera que muchos ansían recuperar pero tampoco fue el velatorio que por momentos pareció el campo en determinados tramos de la temporada. La cordura, por suerte para el Sevilla, tardó en volver pero volvió y ahora, con una final de Copa a la vista, el Atlético ya tiene otra arma blanquirroja a la que enfrentarse. El que tardó demasiado en volver es Fernando Vázquez, un buen hombre al que han dado un mal equipo.
