Todo aquello que parece viejo, cualquier utensilio que rememore tiempos pasados tiene en Alcalá del Río un fin muy importante. Y es que los hermanos de la Soledad se pasan el año recopilando cosas que puedan servir para embellecer aún más su proyecto. "Esto para el Belén", es una frase muy navideña en este municipio donde por quinto año consecutivo se montará el gran portal viviente de la provincia de Sevilla.
Las personas que participan sacan de sí sus mejores cualidades para la interpretación. Más de 300 voluntarios entre actores, figurantes y organización, dan vida a los protagonistas de esa historia que se repite año tras año en diciembre en cualquier parte del mundo. Dividida en un total de 11 escenas se reviven los momentos en los que María recibió la noticia de su embarazo, visitó a Santa Isabel o buscaba posada la noche del parto.
Esta edición contará con una escena nueva en la que José conoce a través de un sueño la tarea que le viene por delante. El personaje de María o el de su marido son los preferidos por los adolescentes que los interpretan, claro está, ya que son los que más tiempo se comen de estas escenas en las el público no está sentado sino que incluso tiene que aligerar el paso detrás de alguno de ellos.
Las estrechas calles de la zona del Alcázar, donde se han hallado restos del antepasado romano de la ciudad llamada entonces Ilipa Magna, sirven de escenario más que perfecto para esta cita. Una vez cruzado el arco de bienvenida, los participantes se encuentran en un mercado donde la gente compra y vende en dinares, intercambian gallinas por telas y restriegan a mano las ropas para lavarlas. Si tiene usted alguna moneda de esta cuña, llévesela porque algunos de los productos tienen una pinta...
Tampoco faltan los animales que servían entonces a los humanos (esta gente tienen de tó), ni los pastores que preparan un buen caldo que les sustente durante la noche que pasarán al raso. Toda una representación con un detalle y documentación histórica exquisitos. Por haber, hay hasta un huerto que la noche antes de empezar configuran los encargados de esa escena en particular. La noche antes, la peor, porque después del trabajo hay que vigilar para que al día siguiente está todo completamente intacto.
Una vez entra el primer grupo, los actores repiten una y otra vez, con apenas 20 minutos de diferencia, los textos que se han estudiado con anterioridad. "El año pasado", relata un responsable de la organización, "las escenas se tenían que repetir varias veces en el mismo grupo porque los tuvimos que agrandar para poder responder a todo el mundo". Por este motivo, en esta edición se ha ampliado un día más el espectáculo. Más de cuatro horas el viernes, unas ocho el sábado y alrededor de seis el domingo pasan estas gentes poniendo todo su cariño para emocionar al personal.
El último día, caldito del puchero, pastillita y a dormir. Trabajo cumplido. La recompensa es el total de 3.500 personas que no quisieron perderse esta cita y en cuyos rostros se podían ver la sorpresa, la curiosidad y la gratitud por el ratito que habían echado. No se lo pierdan. El año que viene volverá. Seguro.
DE UTILIDAD
El pasado año recibió más de 3.500 visitantes, motivo por el que se ha ampliado a un día más. Así, los interesados podrán acudir el viernes de 17.00 a 21.30 horas, el sábado de 11.00 a 14.00 y de 16.00 a 21.30 horas y el domingo en horario de mañana hasta las 15.30 horas. Los pases, compuestos por 80 personas, se repiten cada 20 minutos conducidos por un narrador que va enlazando cada una de las representaciones. Las entradas se pueden comprar por adelantado (www.hermandadsoledad.com) o en taquilla el día del evento por un precio de dos euros para adultos y un euro para niños.
