La aprobación de la ordenanza antivandalismo se ha retrasado casi un año debido a los intentos de la Delegación de Seguridad de alcanzar el máximo consenso. Se ha conseguido con el socio de Gobierno, IU, y con la mayor parte de los agentes sociales -la normativa cuenta con el dictamen favorable del Consejo Económico y Social-, pero no con la oposición.
Cualquier acuerdo con el PP pasaba por realizar cesiones en la regulación de la prostitución y los gorrillas. Aunque en estos meses se han dado pasos, finalmente ambos temas quedan exactamente como al principio.
Los gorrillas siguen regulados en la ordenanza como una forma de mendicidad. Cuando un agente detecte esta práctica debe, en primer lugar, apercibir al individuo, y en segundo, imponerle una sanción de 120 euros. Unas medidas insuficientes, según el PP, que considera que debe haber mecanismos para poner a disposición judicial a estas personas. Además, el 19 de octubre de 2007, Gobierno y oposición cerraron un acuerdo, que fue aprobado en el Pleno, para endurecer las sanciones a los aparcacoches ilegales, que no se ha aplicado.
En cuanto a la prostitución callejera, el Ayuntamiento ha barajado distintos borradores con sanciones a los clientes, que incluso han sido remitidos a asociaciones de consumidores y colegios profesionales. Todos partían de la alegación presentada en su momento por el PP. Pero finalmente, el Gobierno local decidió rectificar y no incluirlo en la norma antivandalismo.
"Evidentemente, votaremos en contra porque entendemos que es una ordenanza incompleta. Hemos sido abiertos y flexibles en muchos aspectos de la ordenanza, pero en estos dos temas -prostitución y gorrillas- nos mostraremos beligerantes, porque entendemos que hay que tomar medidas como en otras ciudades", apuntó el concejal del PP, Maximiliano Vilches. Pese a esto, el edil no concretó qué capitales son su referente. Ciudades como Valencia -gobernada por los populares- dejaron congelada su normativa.
