Local

El PP busca bronca en el Parlamento y endurece su ataque en plena crisis

De nuevo pancartas en los escaños. El PP retomó ayer la bronca más dura en el Parlamento y demostró que lejos de arrimar el hombro en plena crisis, como le pide el Gobierno, apostará por la oposición más agresiva. El vicepresidente Griñán y la presidenta Coves se llevaron ayer la peor parte de la ofensiva.

el 15 sep 2009 / 19:00 h.

TAGS:

De nuevo pancartas en los escaños. El PP retomó ayer la bronca más dura en el Parlamento y demostró que lejos de arrimar el hombro en plena crisis, como le pide el Gobierno, apostará por la oposición más agresiva. El vicepresidente Griñán y la presidenta Coves se llevaron ayer la peor parte de la ofensiva.

A las diez, con puntualidad británica, Javier Arenas ocupó su escaño en el Parlamento con lleno de su bancada. Las ausencias eran mayoría en las filas socialistas, que se fueron animando tras un toque de atención.

Por delante quedaba un pleno a ratos esperpéntico, a ratos intenso, plagado de duras acusaciones y con una nueva protesta con pancartas, similar a la que los populares hicieron en mayo de 2005 con el "Chaves: no más cacicadas", que ayer cambiaron por "El plantón no es democracia", aludiendo a la ausencia en la sesión de control de Chaves -que estaba con el Rey- y otros tres consejeros (Presidencia y Agricultura -que acudieron a Almería a inaugurar Expoagro- e Igualdad -en el Consejo Territorial de la Dependencia). Volvieron para votar por la tarde.

Eso privó del careo entre Chaves y Arenas, aunque el PP se encargó de que hubiera mucha bronca, que arrastraba del día anterior, ante la indeferencia de la presidenta del Parlamento, Fuensanta Coves, que optó por hacer oídos sordos y que no movió ni un músculo cuando los populares -todos salvo Arenas- sacaron los carteles o le pedían la palabra interrumpiendo. "Se abre un grave precedente", decían indignados en el PP ante esa indiferencia. Apuntaron directamente a qué ocurrirá si el próximo día el diputado de IU Juan Manuel Sánchez Gordillo sale con una de sus radicales protestas. Con la pancartas de 2005 el pleno se desalojó. La bronca fue mayor. Por no convocar una Junta de Portavoces extrordinaria, a Coves la acusaron de hacer "trampas" y "chanchullos", ser "un mando a distancia de Chaves" y dar una salida "vergonzosa". Le pondrán un recurso.

La banca. A primera hora el vicepresidente segundo del Gobierno y consejero de Economía, José Antonio Griñán, respondía a una interpelación sobre el que sería el otro gran tema de la jornada: las operaciones de tesorería de la Junta y las subastas de dinero público (6.000 millones de euros) con bancos y cajas. Operaciones que se hacen con luz y taquígrafos desde 2004, se publican en el Boletín Oficial de la Junta de Andalucía, y que -según Griñán- también llevó a cabo el Gobierno del PP y su responsable económico en 2001, Cristobal Montoro. Economía difundió la orden ministerial del BOE, aunque el PP negó su veracidad.

A los populares le dio exactamente igual que justo el día antes, en un gesto sin precedentes, 17 bancos y cajas emitieran un comunicado defendiendo la "transparencia y libre concurrencia" en estas operaciones de la Junta y su "respeto absoluto a la normativa vigente".

Lejos de arredrarse, el PP aseguró que el comunicado responde a que la Junta ha estado "presionando" y siguió acusando al Gobierno de "especular" y "jugar con el dinero" de los andaluces mientras las familias y los pequeños empresarios afrontan una penosa crisis. "Son el partido de los bancos y no del pueblo", acusó el PP al PSOE en un discurso que parecía cambiado de manos. Griñán aseguró que esas subastas "protegen" a las entidades andaluzas y las "ayudan en sus problemas de liquidez".

El plan de Beneroso. Siguiendo el guión, el PP preguntó cuatro veces por lo mismo en la sesión de control y, ya por la tarde, pidió la reprobación de Griñán, frustrada por los votos de PSOE y la abstención de IU, que descartó contribuir a "hacer de la política un circo". Los socialistas recuperaron a su ex portavoz, José Caballos, quien avisó a los consejeros: "Habrá para todos, ya les irá llegando" y lamentó que "a la derecha no le interese la política sino sólo el poder y llegar por cualquier atajo". El popular Antonio Sanz, aparte de llamar "dinosaurio" a Caballos, dijo de Griñán -puntal del Ejecutivo- que tiene "políticas dañinas para Andalucía", hace una "mala gestión", es "ineficaz", "conservador", "huidizo" y "pasivo".

Fue una estrategia clara. Tanto que desde el Ejecutivo hubo quien no ocultó su malestar porque el orden del día la permitiera. Los socialistas apuntan al ex socialista Isidoro Beneroso, hoy asesor de Arenas, como el muñidor.

  • 1