El pacto entre PP e IU para arrebatar al PSOE el simbólico bastión de Alcalá de los Gazules (Cádiz) parece más cerca. O al menos, eso teme el alcalde en funciones y electo de Alcalá de los Gazules (Cádiz), Arsenio Cordero, que reconoce no disponer de "pruebas definitivas" del acuerdo pero sí indicios suficientes como para tener esa certeza.
Las direcciones provinciales de PP e IU no confirmaron ayer el pacto, e incluso desde IU aseguraron que sus últimas informaciones apuntan a que sus tres ediles votarán su propia lista el sábado, con lo que gobernaría la lista más votada, en el este caso el PSOE. También anunciaron que si finalmente no es así, expedientarán y posiblemente expulsarán a los tres concejales díscolos, por contravenir la directriz de la directivas federal y regional de no abrir paso por acción u omisión a gobiernos del PP.
No es el primer municipio donde los grupos municipales de IU contravienen esta directriz. El caso más sonado es el de Almonte (Huelva), donde el pacto con el PP se da por hecho, y avanzan los de Baena y Rute (Córdoba). En todos ellos, IU ha anunciado medidas disciplinarias contra sus ediles desobedientes, si bien Baena podría entrar dentro de las circunstancias extraordinarias que la coalición de izquierdas puede amparar. El alcalde socialista, Luis Moreno, -con quien el grupo municipal mantiene un abierto enfrentamiento- anunció su dimisión la noche electoral al no lograr la mayoría absoluta y ante la perspectiva de que su persona pudiera dificultar un pacto con IU. Pero luego decidió continuar.
El caso de Alcalá de los Gazules no obedece tanto a su importancia estratégica o de tamaño -tiene unos 5.700 habitantes- como a su valor simbólico para el socialismo andaluz. Si Sevilla, en la que el PP ha arrasado, es la patria de Felipe González y Alfonso Guerra, el municipio de la sierra gaditana es la cuna del llamado clan de Alcalá que durante años, especialmente en la etapa de Chaves, ha dirigido los designios internos del partido, desde el fallecido Alfonso Perales, a Luis Pizarro -el último representante de la vieja guardia que acabó plantando a Griñán- o a la joven estrella Bibiana Aído, hija de un histórico exalcalde.
El pasado 22 de mayo, el PSOE volvió a ganar pero se quedó a "once votos de la mayoría absoluta", según recordó Cordero, que dijo por ello no tener "ninguna sensación de fracaso o derrota" y sentirse de hecho "legitimado para gobernar" durante la que sería su tercera legislatura. Los socialistas obtuvieron seis concejales pero PP e IU les desbancarían si finalmente suman sus cuatro y tres ediles respectivos como "todo parece indicar", según indicó el aún alcalde a Europa Press. A su juicio, ese pacto "no tiene que ver ni con la política ni con nada" ya que "el único punto de vista en común que tienen es el acuerdo unánime de que hay que echar al PSOE de las instituciones".
En toda Andalucía, los contactos entre los grupos continúan día a día y poco a poco se va despejando la incógnita aunque los partidos mantienen la prudencia ya que aseguran que hasta el mismo día de la investidura no hay nada cerrado.
En Jaén, IU votará en blanco y permitirá así que el PSOE siga gobernando, aunque sea en minoría, en Linares, un tradicional fuerte socialista donde el 22-M empataron a 11 ediles con el PP. En Baeza, sí apoyará explícitamente al alcalde socialista Leocadio Marín para que continúe gobernando cuatro años más.
En Huelva, IU no apoyará al PSOE en Ayamonte pero dejará que gobierne en minoría mientras PP y PA se alternarán dos años cada uno en San Juan del Puerto, desbancando al PSOE. Los socialistas se la devolverán a los populares en Moguer al pactar con independientes para arrebatarles el bastón.
