A las puertas de la próxima reunión de la Comisión de Desembalse que en el mes de mayo celebra la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (CHG) y que determinará el riego para la presente campaña, los agricultores aguardan aliviados y sin visos de sobresalto en vistas del panorama que ofrecen los embalses de la cuenca que nutren a los cultivos sevillanos de regadío.
Así, los 16 pantanos que integran el sistema de regulación general que son los utilizados preferentemente para el consumo agrario alcanzan a esta fecha una capacidad de agua embalsada del 92,64 por ciento, lo que aporta esta tranquilidad, si bien se trata de un almacenamiento casi cuatro puntos inferior al que presentaban hace justo un año, cuando ascendía al 96,24 por ciento, según recoge el último boletín agrario de la Consejería andaluza del ramo. Las circunstancias han variado así en los últimos años, pues por estas mismas fechas, pero en este caso de 2012, estos embalses que conforman la base de los recursos hídricos para el campo se hallaban al 75,3 por ciento de su capacidad.
De esos 16 embalses, la mayoría están ubicados en las provincias de Jaén (Tranco de Beas, Guadalmena, Guadalén, Giribaile, Fernandina y Jándula) y de Córdoba (La Breña II, Yeguas, El Arenoso, San Rafael de Navallana, Vadomojón y Puente Nuevo), si bien varios también se encuentran en la provincia de Sevilla como es el caso de José Torán y Puebla de Cazalla, al igual que en la de Granada, con los casos de Iznájar y Negratín. Son estos los que conforman el sistema de regulación general que acumula, a día de hoy, un total de 5.262,473 hectómetros cúbicos embalsados frente a una capacidad total de 5.674,3, lo que arroja ese 92,74 por ciento, según los datos de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir.
La campaña de riego suele extenderse desde el próximo mes de mayo hasta septiembre, si bien, el año pasado ésta contó con la excepcionalidad de prolongarse hasta finales del mes de noviembre. No le quedó más remedio a la CHG que tomar esta decisión en vistas del otoño tan seco que padeció el campo sevillano y del buen nivel de recursos hídricos que presentaban los pantanos de la cuenca.
Lejos quedan ya aquellos años en los que la Comisión de Desembalse de la CHG se veía obligada a adelantar a febrero su reunión para que los agricultores pudieran planificar sus cultivos y para que los arroceros, que son los que siembran más tarde, también supieran a qué atenerse. Porque es precisamente el arrozal el que acapara una mayor cantidad de agua, unos 400 hectómetros cúbicos de los 1.200 que, normalmente y en época sin restricción alguna por causa climatológica, la CHG concede de desembalse a los agricultores, esto es, un tercio del total. De esa cifra, la mitad va para la siembra del arroz que arrancará el mes que viene y la otra mitad para aminorar la presencia de sal en las marismas.
Ya por estas fechas los agricultores están ya embarcados en las tareas de siembra de algodón y tomate, en los alrededores de Lebrija y Los Palacios y Villafranca.
