La asociación del Resucitado, que a efectos reales dejó de existir según el anuncio por parte del Arzobispado de Sevilla, acaba de constituir una nueva junta de gobierno, resistiéndose a desaparecer por imposición de los responsables de la Iglesia Católica, si bien insistieron en que no se trata de echarle un pulso.
No es que quieran ser cofrades por lo civil, sino que pretenden reivindicar su derecho a tener sus propias imágenes y no desaparecer, después de siete años como asociación, sino terminar siendo una cofradía como otras.
En un cabildo general extraordinario celebrado esta semana decidieron crear una nueva junta de gobierno, que viene a sustituir a la que, hasta ahora, regía a la asociación. Con ello vienen a responder a una de las quejas planteadas por la autoridad eclesial, que habló de "discrepancias entre los propios miembros de la junta de gobierno". Desde ahora, al frente de la misma se encuentra José Antonio López López como presidente. En cualquier caso, está prevista una jura simbólica por parte de los nuevos integrantes ya que, a efectos legales, no tiene valor para la autoridad eclesial. Éste les encomendó "que todos los bienes que tenga pasen a manos de la parroquia de Santa María a excepción de las deudas contraídas, que tendrán que ser sufragadas por los miembros de la misma".
