El río Guadaíra es ya uno de los entornos más seguros de Alcalá de Guadaíra. La presencia diaria de agentes del Servicio de Protección de la Naturaleza de la Guardia Civil (Seprona), junto con agentes a caballo de la Policía Nacional, suponen una vigilancia permanente en el tramo del Guadaíra por el casco urbano, dando respuesta a una antigua reivindicación del Ayuntamiento de Alcalá de Guadaíra.
No en vano el municipio cuenta con más de 30 kilómetros de caminos de ribera que necesitan vigilancia, pues son utilizados a diario por cientos de ciudadanos que practican deporte o pasean. Con esta decisión el Gobierno de la Nación responde a la reclamación del alcalde, Antonio Gutiérrez Limones (PSOE).
El propio subdelegado del Gobierno en Sevilla, Faustino Valdés, expuso que es un pacto "vinculante" por el que se le encarga al Seprona una presencia permanente y activa en el lugar, igual que hace unas semanas se anunció la llegada de la Policía Nacional con agentes a caballo. "Esa presencia y trabajo que el Seprona ya viene realizando río arriba se va a desarrollar también en la parte más lúdica del cauce, desde Alcalá de Guadaíra hasta la unión con la Universidad Pablo de Olavide, para prevenir delitos contra el medioambiente y también de tráfico", subrayó.
El alcalde se mostró "satisfecho" con la decisión. "Es muy importante para nuestros parques naturales, que hemos recuperado con tanto trabajo y esfuerzo", remarcó el regidor. De igual modo, apuntó que "para evitar además el deterioro del entorno por la presencia de motos o quads también se van a realizar dispositivos coordinados entre el Seprona y la Policía Local para que exista una mayor tranquilidad para el ocio y el esparcimiento de los ciudadanos en las riberas del Guadaíra".
El objetivo es también que haya un contacto permanente entre el Seprona, la Policía Local y los vigilantes verdes, "donde los especialistas en naturaleza de la Guardia Civil puedan transmitirles formas y métodos de actuación para un servicio más efectivo". Con ello no sólo se garantiza la seguridad ciudadana, sino también la vigilancia de un entorno en el que se están efectuando desde hace años inversiones muy importantes para regenerar la cuenta y terminar con los constantes vertidos.
De hecho, el plan Guadaíra Blanco, para la limpieza del agua y basado en la construcción de depuradoras, se completó y el río dejó de figurar como uno de los más contaminados de Europa. Mientras, el plan Guadaíra Verde, para la recuperación de sus márgenes, continúa en ejecución. La cuenta pendiente es la vigilancia contra los vertidos.
