Aunque seguirá cantando, Miguel Ríos se corta definitivamente la coleta. Los próximos días 16 y 17 de septiembre serán las últimas oportunidades para ver un concierto suyo en España, tras casi medio siglo de carretera. Y será en Sevilla, concretamente en el auditorio Rocío Jurado. Una decisión dura, pero largamente meditada: "Tiene que ver con muchas cosas, y no sería políticamente correcto contarlas todas. Pero la principal es que la gente no se merece no verte en tu mejor momento. Además, una retirada a tiempo es una victoria", afirma.
El artista granadino abrió su gira Bye bye Ríos hace ahora un año, el 17 de septiembre de 2010, en su ciudad natal, y con ella ha recorrido hasta la fecha las principales ciudades españolas con éxito arrollador. Poco le importa que todos los rockeros del país, incluso los que estaban más apartados, parezcan regresar ahora a la música. "El signo de mi vida ha sido hacer lo que los demás no hacen", sonríe el artista. "Algunos compañeros me lo han afeado, me dicen ‘¡pero qué haces, gilipollas'. Pero no quiero que nadie siga mi ejemplo, si quieren hacer el ridículo ellos solos, adelante", bromea Ríos, y agrega a renglón seguido: "Los Ilegales han vuelto después de 12 años. Si yo hago lo mismo, ¡tendría 84 años! Ni Frank Sinatra se atrevió con tanto".
El veterano rockero llegará a la capital hispalense con un espectáculo de más de dos horas de duración en el que repasará todos los grandes éxitos de su carrera. En esta ocasión, sin embargo, no se hará acompañar sobre las tablas por los ilustres amigos que le arroparon en otras citas de esta gira, como Rosendo, Ana Belén o Manolo García. "Están súper invitados todos, pero si vienen, estarán alrededor del escenario, no arriba. Es un momento difícil y me lo quiero cenar yo solo", asevera.
Un toro difícil de lidiar, sí, pero sin lamentos nostálgicos. "Sé que la nostalgia vende mucho si se aprovecha bien, pero nunca me ha gustado hacer recuento. Es como no estar muy seguro de lo que todavía puedes hacer en la vida", comenta el cantante, que al término de la gira afrontará todavía algunas fechas en Latinoamérica antes del definitivo adiós de los escenarios.
A sus 66 años, Ríos desvela la clave de su buen aspecto y su indesmayable vitalidad. "¿El secreto de la eterna juventud? Tener la conciencia tranquila. Me quita el sueño que pueda llover en Sevilla la semana próxima, pero no tengo ningún cadáver en la cuneta", apostilla.
