Se trata de un triunfo -el noveno de un total de once encuentros con el técnico de Bailén- que permite entrar de lleno en la lucha por los puestos Champions. De paso, quita presión a domicilio tras haber caído, de forma consecutiva, en El Molinón y en el Camp Nou. Ante el Zaragoza también se pasó mal, pero al menos el equipo le puso fe, garra y... goles.
Luis Fabiano adelantó al conjunto nervionense a los 28 minutos de la primera parte, en la que el Sevilla nunco se sintió cómodo y Diego Capel tuvo que su puesto por lesión. Bertolo, que entró tras el descanso, igualó el partido en un fallo defensivo de los de Manzano.
El empate revitalizó al Zaragoza, que pudo dar la vuelta al marcador y se vio beneficiado por un error de Muñiz Fernández. El colegiado no señaló un clarísimo penalti sobre Alfaro. Para colmo, Fernando Navarro fue expulsado con roja directa y el partido se puso cuesta arriba. Pese a ello, Negredo, pleno de garra, marcó el 1-2 en el minuto 90 y cambió por fin la cara al Sevilla lejos de Nervión.
CLAVE UNA VEZ MÁS. El madrileño vuelve a ser determinante. La pasada jornada, al poco de saltar al césped sustituyendo a Romaric, encarriló el duelo contra el Valencia y ahora vuelve a ser clave. En esta ocasión reemplazó a Renato. Tuvo primero una opción clara para marcar que desperdició, pero al final, cuando todo parecía visto para sentencia, robó un balón a Jarozik al intentar éste jugar con el tacón siendo el último hombre, se marchó en velocidad y batió a Toni Doblas. Es su quinto gol en Liga, octavo de la temporada. Todo un espaldarazo para él.
Para él y para el Sevilla. Por mucho que intenta corregir errores, el equipo de Manzano sigue sufriendo lejos del Sánchez Pizjuán. Le costó doblegar al Zaragoza, cuya defensa de cinco arropada por tres centrocampistas no dio mucha opción. Pese a ello, un desborde de Kanouté en la medular permitió a éste dar un pase en profundidad a Luis Fabiano. El brasileño, hasta entonces desapercibido, no perdonó.
SUFRIENDO LO SUYO. Lo mejor para el Sevilla fue llegar al descanso con victoria provisional. Poco antes, Alfaro sustituyó a Capel, lesionado. El onubense pasó a la derecha y Perotti se marchó a la izquierda. No anda fino El Galgo, pero al menos dio la cara y no se quitó del cartel.
El Zaragoza se jugaba mucho y, como el Sevilla, derrochó entrega en todo momento. Gracias a ella, el equipo de José Aurelio Gay empató el partido. Lo hizo por mediación de Bertolo, cabeceando la pelota dentro del área pequeña en un saque de esquina. Clamoroso el error defensivo -Zokora permite rematar a su par- de los nervionenses, que comenzaron a sufrir ante un Zaragoza crecido. No obstante, los de Manzano siguieron buscando la victoria pese a sus concesiones y capearon el temporal.
Renato tuvo el 1-2 tras un pase de Luis Fabiano pero un defensor desvió su remate in extremis. El Sevilla contrarrestó las ofensivas locales echando más madera al fuego. Negredo salió por Renato, Kanouté retrasó su posición y Alfaro fue objeto de un clarísimo penalti que ni Muñiz Fernández ni su asistente vieron.
Por si fuera poco, Fernando Navarro vio la roja tras agarrar a Braulio cuando éste divisaba el área. Era el minuto 71. Todo se ponía en contra. El empate pendía de un hilo, pero ahí estaba Negredo, quien poco antes había fallado un gol, para dar la victoria al Sevilla en el minuto 90. Todo un subidón.
FICHA TÉCNICA.
1 - Real Zaragoza: Doblas; Diogo, Lanzaro (Marco Pérez, m.46), Contini (Boutahar, m.84), Jarosik, Obradovic; Gabi, Edmilson, Ponzio (Bertolo, m.46); Braulio y Lafita.
2 - Sevilla FC: Javi Varas; Dabo, Cáceres, Alexis, Fernando Navarro; Perotti, Zokora, Renato (Negredo, m.64), Capel (Alfaro, m.40); Kanouté y Luis Fabiano (Konko, m.74).
Goles: 0-1, m.28: Luis Fabiano. 1-1, m.53: Bertolo. 1-2, m.90, Negredo.
Árbitro: Muñiz Fernández (Colegio Asturiano). Amonestó a Contini, Braulio, Diogo y Obradovic por los locales; y a Alexis, Kanouté, Luis Fabiano y Javi Varas, por los visitantes. Expulsó con roja directa a Fernando Navarro (m. 71).
Incidencias: Unos 20.000 espectadores en La Romareda, con un centenar de sevillistas en las gradas.
