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El siglo de Iberoamérica

La celebración del IX Foro Iberoamérica en Sevilla ha puesto de manifiesto los retos y oportunidades que el Siglo XXI lleva de su mano para el desarrollo de esta región. Tal como se ha expuesto a lo largo de tres días de interesantes sesiones, la relación entre ambas orillas...

el 15 sep 2009 / 17:20 h.

La celebración del IX Foro Iberoamérica en Sevilla ha puesto de manifiesto los retos y oportunidades que el Siglo XXI lleva de su mano para el desarrollo de esta región. Tal como se ha expuesto a lo largo de tres días de interesantes sesiones, la relación entre ambas orillas, la conciencia de un futuro más compartido que nunca en el actual universo global, la integración de los flujos migratorios, el desarrollo sostenible y los retos y oportunidades que plantea para 500 millones de hispanoparlantes la sociedad del conocimiento son aspectos que han de ser analizados y debatidos y que, en muchos casos, han de posibilitar acuerdos que propicien el entendimiento y bienestar de los pueblos de las dos orillas del Atlántico.

La conjunción de las aportaciones de destacados intelectuales, políticos y hombres de negocio, tanto americanos como ibéricos, se hace especialmente necesaria ahora, cuando, tal como señaló el Presidente Chaves en su intervención, asistimos a la primera fractura económica de la globalización y pocas dudan caben ya acerca de la necesidad de serios ajustes e importantes reformas en el funcionamiento del sistema financiero internacional.

Los desafíos globales requieren respuestas globales pero se carece de instrumentos políticos que puedan incidir con eficacia sobre estas realidades trasnacionales. Por eso, para gobernar la globalización, se deben conseguir estrategias e instrumentos comunes, y, atendiendo a los lazos culturales e históricos que nos unen, se debería impulsar la integración política, económica y social en la región iberoamericana.

Como se ha señalado por muchos de los participantes en el Foro, Iberoamérica está ahora en las mejores condiciones de su historia para poder hacer valer su peso en la escena internacional. Así, por ejemplo está asegurada la participación de Brasil y Méjico en la reunión "refundadora" del capitalismo. Además, en los últimos años, ha habido un gran progreso en materia de libertades civiles y políticas.

Apenas quedan dictaduras, la democracia es norma prácticamente en toda América y, aun quedando mucho camino por recorrer, los países iberoamericanos cuentan con unas economías más sólidas y, por tanto, tienen más capacidad para actuar según sus propias decisiones.

Indudablemente, la crisis va a afectar también con fuerza a esta región del planeta, pero ello no debe impedir que se siga teniendo como horizonte más necesario la lucha contra la pobreza, exigencia ineludible de la agenda política iberoamericana.La confianza, que estos días se ha puesto de manifiesto en este IX Foro Iberoamérica, en las sociedades y clases política, económica e intelectual de esta región son el mejor aval para hacer del Siglo XXI el siglo de Iberoamérica.

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