La Consejera de Obras Públicas de la Junta, Rosa Aguilar, compareció ayer en el Parlamento Andaluz para aportar todos los números relativos a la construcción de la línea 1 del Metro. Aguilar informó de que el coste definitivo se ha elevado hasta los 658 millones de euros, un 43% más de lo previsto inicialmente, lo que ha provocado un aluvión de críticas del Partido Popular por el "desvío escandaloso" del presupuesto. Es cierto que en la planificación y construcción de la primera línea del Metro se han cometido muchos errores. El principal fue iniciar las obras sin un proyecto constructivo definido, lo que provocó cambios sobre la marcha fruto de las complicaciones orográficas y arqueológicas del terreno o de las alegaciones que planteaban las distintas instituciones o colectivos afectados por el trazado. Así, cambios como el de la estación de Puerta Jerez o las modificaciones de trazado en la Olavide, supusieron un importante sobrecoste, si bien es cierto que la ampliación de la línea a Dos Hermanas significó un acto de sentido común que al final rentabilizará la concesionaria. Otros cambios, sin embargo, son achacables a la introducción de modernos sistemas de seguridad como las mamparas colocadas en los andenes de todas las estaciones para evitar caídas a la vía, en las que se han invertido casi 26 millones de euros, o distintas mejoras introducidas en los sistemas constructivos para garantizar la calidad y la seguridad de los usuarios. En este caso, todos deberíamos aplaudir que las administraciones hayan hecho un esfuerzo económico por que la primera línea del Metro de Sevilla cuente con los sistemas más modernos y eficaces tanto en su construcción como en la gestión del servicio, teniendo en cuenta que en todas las obras de esa magnitud se producen desviaciones presupuestarias al alza. La Junta debe abordar ya la ampliación de la red, priorizando los tramos con mayor densidad poblacional y no escatimando en sistemas de seguridad y calidad.
