Estado actual de las barandillas del puente de Alfonso XIII. / El Correo
(FOTOGALERÍA) El monumental puente de hierro, el Alfonso XIII, arrumbado en las instalaciones portuarias, pasa sus peores horas al ser víctima de vandalismo y de robos sin que se le ponga remedio. Esa es la crítica y la denuncia de tres entidades ciudadanas, que sintiéndose custodias de esta gran estructura metálica varada a un costado del río, daban ayer la voz de alarma: veinte metros de barandilla arrancados, todos los elementos decorativos expoliados... Y la cosa va a más. Estas asociaciones, que son Parque Vivo del Guadaíra, Ecologistas en Acción y Planuente, lo dejaban claro en un comunicado conjunto: «Los robos no solo no han cesado sino que se han incrementado en las últimas semanas». El proceso de deterioro, según dicen ellas, se ha agravado en las últimas semanas hasta el extremo de que «puede ser irreversible a muy corto plazo». Esto ha sido propiciado, sostienen los denunciantes, «porque el recinto portuario en el que se halla depositado el puente, pese a estar vallado, permanece abierto y sin vigilancia». De momento, lo primero que dicen las asociaciones es que si los responsables del cerramiento no se ocupan de que este sirva de algo, serán ellas mismas las que le coloquen un candado.
Las organizaciones citadas indicaron que en junio pasado se reunieron con la presidenta de la Autoridad Portuaria de Sevilla, Carmen Castreño, con idea de «exponerle diversas consideraciones, propuestas y solicitudes» acerca de este puente, desmontado de su emplazamiento original y depositado hace once años cerca de Heliópolis, en terrenos del Puerto. La idea era, según la nota, «que dicha monumental estructura y la parcela en la que se halla tengan el debido mantenimiento y lo antes posible sean recuperadas y puestas en valor social, en beneficio de nuestro patrimonio cultural, del vecindario de la zona y de la sociedad sevillana en su conjunto».
«En esa reunión le advertimos del preocupante estado en el que se encontraban las estructuras del puente, abandonadas a su suerte», prosigue el texto, «y nuestra preocupación ante un expolio que ya empezaba a observarse y que ahora es ya galopante, sin que la Autoridad Portuaria haya respondido a nuestras propuestas ni siquiera tomado medida efectiva alguna como cerrar el recinto u ordenar la oportuna vigilancia».
Habida cuenta de la situación y del poco caso que se les ha hecho, Parque Vivo del Guadaíra, Ecologistas en Acción y Planuente insistieron ayer de nuevo anunciando la presentación en el registro del Puerto, Ayuntamiento y Consejería de Cultura de sendos escritos en los que piden, sobre todo, que se garantice la conservación del puente y su entorno, «acometiéndose las labores necesarias para minimizar al máximo la degradación del bien (consolidación de elementos inestables, pintura...)». Pero no es la única demanda.
Además, se pide una inspección que dilucide el estado de conservación del elemento e informe oportunamente, así como la creación de un grupo de trabajo en el que participen todos los interesados, enpezando por la propia Autoridad Portuaria, para diseñar una estrategia que acabe convirtiendo el puente y su entorno en un mirador sobre el Puerto, como se prometió hace once años, vinculado al colindante Parque del Guadaíra, «cuya reciente inauguración es una magnífica oportunidad en este sentido», añade la nota, «para lo que habrían de resolverse las cuestiones de accesibilidad, seguridad, diseño, conservación, gestión, sostenibilidad... que sea menester».
